Un ladrón irrumpió en una frutería de la ciudad aprovechando que la persiana se encontraba abierta, pero su intento de hurto resultó más complicado de lo que había previsto y terminó encerrado. Los hechos tuvieron lugar alrededor de las 6:30 horas del martes, cuando un hombre ingresó en el negocio De Fruta Madre, situado en el barrio de A Ponte.
El momento del robo
El repartidor de pan abrió la persiana y, en el breve instante en que cargó los sacos de pan de la furgoneta, el ladrón debió entrar, ya que el repartidor cerró la persiana sin percatarse de la presencia de nadie. Así lo relató Yolanda Villar, socia de la frutería.
Cuando regresaba en su vehículo, el repartidor escuchó golpes en la persiana y pensó que se trataba del transportista de la fruta, ya que a menudo coinciden varios repartidores al mismo tiempo, y creyó que había dejado a alguien encerrado. Sin embargo, al abrir nuevamente la persiana para investigar, se encontró con un hombre desconocido que llevaba una mochila.
Descubrimiento del botín
El repartidor le preguntó al desconocido qué llevaba en la mochila, a lo que este respondió que nada. Sin embargo, el repartidor logró abrir un poco la cremallera y observó que en su interior se encontraba el compartimento de las monedas de la caja registradora.
Ante esta situación, intentó recuperar el botín, pero el ladrón salió corriendo. A pesar de contar con la ayuda del transportista que estaba repartiendo yogures, el panadero no logró alcanzarlo. Por lo tanto, decidieron llamar a la Policía, y el repartidor proporcionó a los agentes una descripción del ladrón, quien logró escapar con un botín de 150 euros sin ser detenido en ese momento.