Los vecinos de la calle Camelias han expresado su preocupación por un problema que se ha intensificado en los últimos meses, especialmente tras la redada en Covadonga. Los residentes denuncian el trapicheo de droga que, según aseguran, ocurre a diario desde el bajo del edificio número 37 de esta vía.
Inseguridad y Descontrol
“Denunciamos el clima de inseguridad que deriva de un narcopiso que hay aquí. Desde que cerraron los pisos de venta de Santa Teresita, gran parte del comercio de droga se ha trasladado a este lugar. Esto genera inseguridad, basura, y se consumen drogas en plena calle, lo que es un espectáculo al que asisten los niños”, señala T.G., un vecino que prefiere mantener el anonimato.
Pollyanna Benavides, residente de A Coruña que alquila un piso en el edificio, comenta: “Vivo justo encima de ellos y venden a todas horas. Un tal Miguel, que sé que es Miguel porque no hacen más que llamarlo, me provoca un olor entre podredumbre que sube por la ventana. Tengo una niña pequeña y me da miedo hasta bajar a pasear a los perros. Desde la redada en Covadonga, la situación ha empeorado”.
El Impacto en la Comunidad
“Una noche, a la una y media, mi hija me dijo que oía gritos de alguien pidiendo auxilio. Me enteré de que el bajo del edificio está ocupado por okupas. Cuando pregunté a la presidenta de la comunidad, me dijo que era algo normal. He vivido en Barcelona y Madrid, y esto solo me ha pasado aquí. Es un sinvivir”, relata otra vecina. T.G. añade que, a pesar de estar en un barrio céntrico, se siente completamente desatendido.
Raúl Losada, otro residente, explica que “el problema ya existía antes de las redadas de Covadonga. En ese piso se vendía droga desde hace años, pero eran porros y de forma discreta. Desde hace un par de años, con la llegada de la heroína, el barrio se ha vuelto más inseguro, y la gente teme ir al garaje por la noche porque se encuentran con consumidores incluso durante el día”.
Demandas de los Vecinos
“He tenido discusiones con ellos para que se vayan a consumir a otro lado. Tengo dos niños que solían ir a buscar sus bicicletas al garaje, y ahora es imposible. Tienen miedo porque ya se han encontrado con algunos consumiendo. A menos de 100 metros hay dos parques infantiles, y antes la gente mayor también acudía con sus nietos, pero ahora tienen miedo”, explica un vecino.
“Desde las redadas de Covadonga, la situación se ha descontrolado. Muchos que antes no conocían este lugar ahora lo hacen, y les resulta más cómodo venir desde el centro sin necesidad de transporte público”, añade otro residente. “Por las noches hay peleas y gritos a altas horas. Estamos cansados de llamar a la Policía, que solo toma datos y dice que no puede hacer nada más. Es vergonzoso que, a pesar de conocer la situación, nadie actúe”, concluye Raúl.
Una demanda que coincide con la opinión de otros vecinos, quienes exigen una solución urgente a la problemática que afecta a su comunidad.

