
La sonda Juno de la NASA ha registrado la mayor explosión volcánica observada en Ío, la luna más activa de Júpiter. Este evento de radiación infrarroja extrema abarca un área superior a la del Lago Superior, el cuerpo de agua dulce más grande de la Tierra. Las erupciones en esta región han liberado una energía equivalente a seis veces la producción total de todas las plantas generadoras de energía en el mundo, superando todas las expectativas sobre este fascinante satélite natural.
Ío es la única luna conocida en el sistema solar que presenta una actividad volcánica tan intensa. Su superficie está marcada por expulsiones de azufre y lava, fenómenos que son consecuencia de la influencia gravitacional de Júpiter y sus otras lunas galileanas. Esta fuerza de marea provoca que Ío se «estire» internamente, liberando energía desde su interior, lo que resulta en una constante actividad volcánica.
Observaciones de la sonda Juno
Durante un sobrevuelo realizado en diciembre de 2024, la sonda Juno enfocó su atención en el hemisferio sur de Ío. Su instrumento infrarrojo detectó un evento de radiación infrarroja extrema que, según la NASA, equivalía a aproximadamente 80 billones de vatios y abarcaba 100,000 kilómetros cuadrados. Este nuevo récord de extensión supera con creces el anterior, que era de solo 20,000 kilómetros cuadrados. Para poner esto en perspectiva, el Lago Superior se extiende por 82,000 kilómetros cuadrados.
La imagen del polo sur de Ío, capturada por Juno, representa un hito significativo para la misión de exploración de la luna jupiteriana. Aunque la sonda enfrenta dificultades para visualizar la superficie, los científicos han podido comparar imágenes del satélite antes y después de la erupción, revelando cambios notables en el hemisferio sur. La NASA planea confirmar la existencia de este nuevo punto caliente durante el próximo sobrevuelo de Juno programado para el 3 de marzo.
Causas del fenómeno volcánico
Los científicos aún no han determinado la causa exacta de este intenso evento de radiación. Sin embargo, existen indicios que sugieren que podría estar relacionado con cámaras de magma subsuperficial en Ío. Alessandro Mura, un científico del equipo de Juno en el Instituto Nacional de Astrofísica de Roma, afirmó que «los datos respaldan que esta es la erupción volcánica más intensa jamás registrada en Ío».
Ío, que es casi del tamaño de la Luna, ha mostrado cambios significativos en su superficie tras la erupción. Este evento no solo es un récord en términos de energía y extensión, sino que también podría proporcionar información valiosa sobre el vulcanismo en otros cuerpos celestes. Los científicos están entusiasmados con las posibilidades que este nuevo punto caliente ofrece para mejorar nuestra comprensión del vulcanismo, no solo en Ío, sino en otros mundos del sistema solar.
El estudio de Ío es de particular interés para los investigadores, ya que sus condiciones geológicas recuerdan a las de la Tierra primitiva, un periodo del que solo se conocen teorías y especulaciones. Además, la resonancia orbital de Ío con sus tres compañeras y las emisiones que generan atmósferas de azufre son aspectos que continúan intrigando a la comunidad científica.