
En el árido entorno de Mexicali, donde el desierto se extiende sin límites, el humedal artificial Las Arenitas se presenta como un verdadero oasis. Este lugar se convierte en un refugio para aves tanto endémicas como migratorias que transitan por el delta del río Colorado. En este espacio, el agua utilizada en la ciudad encuentra una segunda oportunidad, ya que la mitad de ella se redirige al río Hardy, con el objetivo de restaurar ecosistemas que se creían perdidos.
La ciudad de Mexicali depende del río Colorado y de sus acuíferos subterráneos, pero lo hace de manera insostenible. La recarga anual del acuífero del valle de Mexicali es de 520.5 hectómetros cúbicos (hm3), mientras que las concesiones alcanzan los 783.12 hm3. Esto significa que se extrae más agua de la que se recarga. Mientras tanto, el río, agotado por la sobreexplotación, se aproxima a un colapso que el cambio climático está acelerando.
Desafíos en la gestión del agua
La Comisión Estatal de Servicios Públicos de Mexicali (CESPM) tiene asignada una concesión anual de 100.83 hm3 para la ciudad. De esta cantidad, el 8.3% (8.39 hm3/año) proviene del río, mientras que el 91.7% (92.44 hm3/año) se extrae de los acuíferos del valle de Mexicali, así como de San Luis Río Colorado y San Felipe. Si la historia del agua se limitara a las tuberías, no habría más que discutir.
Sin embargo, la realidad es más compleja, ya que la falta de tratamiento de aguas residuales es un problema global que persiste. Aunque los datos son limitados, se estima que solo alrededor del 32% de las aguas residuales recibe algún tipo de tratamiento, y un porcentaje aún menor es reutilizado.
La planta de tratamiento Las Arenitas
Río Nuevo, un antiguo ecosistema ripario que atraviesa Mexicali y desemboca en el Salton Sea, California, ha sido históricamente receptor de aguas residuales de la ciudad. En la década de los noventa, ambos países comenzaron a colaborar en la construcción de infraestructuras para mitigar el daño. En 2007, se inauguró la planta de tratamiento Las Arenitas, ubicada al sur de la ciudad.
Mexicali genera más de 80.47 millones de metros cúbicos de aguas negras al año. De esta cantidad, el 90% se recolecta y el 46% es dirigido a Las Arenitas. El 85% de estas aguas residuales proviene de los hogares. Desde 2013, la planta ha superado su capacidad instalada de 840 litros por segundo, alcanzando en algunos meses hasta 1,044 litros por segundo. A pesar de la urgencia de ampliar la planta, este proyecto ha estado en espera durante más de cinco años.
En la planta, el proceso de tratamiento comienza con la eliminación de sólidos y sedimentos. Posteriormente, se utilizan lagunas con aireación superficial, donde se inyecta aire al agua para fomentar el crecimiento de bacterias aerobias que descomponen la materia orgánica en presencia de oxígeno. Luego, el agua es transferida a lagunas facultativas, donde las bacterias aerobias y anaerobias trabajan en conjunto; las anaerobias se encargan de degradar la materia orgánica que las aerobias no pudieron procesar. Finalmente, el agua pasa a las lagunas de maduración, donde los sólidos restantes se sedimentan.
“En un inicio, la planta no tuvo un desempeño óptimo”, comenta Edith Santiago, subdirectora del programa del Delta del Río Colorado en Mexicali, mientras el viento le arrebata sus lentes y gorra. A raíz de esto, algunas organizaciones propusieron utilizar el terreno adyacente, que alguna vez albergó un lago, para crear un humedal artificial que proporcionara un tratamiento adicional al agua.