mayo 24, 2025

Un estudio argentino sugiere que el mecanismo de Anticitera no era la sofisticada computadora analógica astronómica que se pensaba

El mecanismo de Anticitera se presenta como uno de los artefactos tecnológicos más intrigantes de la historia. Con más de 2,000 años de antigüedad, este objeto se asemeja a los restos de un reloj de pared de cobre que en su tiempo albergó numerosos engranajes. Los especialistas que han tenido la oportunidad de examinarlo sugieren que podría haber funcionado como una «computadora analógica», capaz de predecir posiciones estelares, monitorear eclipses y calcular el movimiento lunar en la antigua Grecia. Sin embargo, la falta de numerosas piezas impide confirmar cualquier hipótesis sobre su funcionamiento.

Una reconstrucción de lo que pudo ser el mecanismo de Anticitera.


LOUISA GOULIAMAK/GETTY IMAGES

No existe un «instructivo» sobre el mecanismo, y los engranajes que le faltan se han perdido para siempre en el mar alrededor de la isla griega de Anticitera. Para acercarse a su complejidad, los investigadores han recurrido a modelos tridimensionales de sus engranajes y dientes, basándose en las configuraciones más probables. Una de las pocas certezas que se conocen sobre el dispositivo es que utilizaba dientes en forma triangular, una disposición inusual para cualquier mecanismo similar.

La posible realidad detrás del mecanismo

La supuesta precisión astronómica del mecanismo de Anticitera ha sido cuestionada recientemente. Es probable que, desde un principio, no haya funcionado como se esperaba y que solo haya sido un ornamento en un hogar o estudio griego. Un par de científicos de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina, han implementado un nuevo modelo de comportamiento de los engranajes con dientes triangulares y han descubierto que la distribución más aceptada podría inducir un error irremediable.

El artículo, que está a la espera de publicación, sostiene que la precisión necesaria para el correcto funcionamiento del mecanismo superaba la capacidad de manufactura de sus creadores. En otras palabras, aunque los principios de ingeniería del dispositivo podrían ser teóricamente correctos, la forma de los dientes en sus engranajes podría haber causado atascos. “Nuestros hallazgos indican que, si bien la forma triangular de los dientes por sí sola produce errores insignificantes, las imprecisiones de fabricación aumentan significativamente la probabilidad de atasco o desacoplamiento de los engranajes”, explican los investigadores.

Un artefacto didáctico o un objeto defectuoso

De acuerdo con esta nueva simulación por computadora, que respalda resultados anteriores sobre los engranajes, el mecanismo de Anticitera probablemente fue un dispositivo didáctico o un artículo imperfecto, y no la computadora analógica de precisión que muchos creen. Los autores advierten que, debido a la naturaleza especulativa del comportamiento de los engranajes, sus resultados deben interpretarse con cautela.

“Este análisis sugiere que debemos ser cautelosos al asumir que nuestras mediciones de los fragmentos reflejan perfectamente sus valores originales. En cambio, resalta la necesidad de más investigación y el posible desarrollo de técnicas más refinadas para comprender mejor la verdadera precisión y funcionalidad del mecanismo de Anticitera”, concluyen.

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