Un acto de discriminación
“Tú, tú…y tú”, así comenzó el conductor de un autobús de la compañía Monbus al señalar a un grupo de ocho refugiados malienses, ordenándoles que se bajaran del vehículo para permitir la entrada de otros pasajeros que esperaban en la parada. Este incidente, ocurrido el pasado viernes 11 de abril en el trayecto Ourense-Allariz, se ha calificado como un acto racista por parte de la Fundación Laboral de la Construcción en Ourense, que ha sido testigo de la situación.
Los jóvenes, que habían llegado a la provincia a finales del año anterior huyendo de la guerra en su país, regresaban de su formación en la sede de la fundación en Vilamarín. Sin embargo, su trayecto se tornó complicado al abordar el autobús en la Estación de Autobuses. En la primera parada, el conductor, sin ofrecer ninguna explicación, les obligó a descender del autobús a pesar de que ya habían pagado sus billetes. “No hay justificación para obligar a alguien a bajarse después de haber pagado su billete. El hecho de que solo ellos fueran los señalados indica que estamos ante un caso de racismo”, afirmaron desde la fundación.
La falta de reacción de los pasajeros
La gravedad del acto se ve acentuada por la falta de respuesta de los demás pasajeros del autobús. “Es alarmante que nadie interviniera ni alzara la voz en defensa de los chicos, como si no hubiera sucedido nada. Esto refleja que aún tenemos mucho que mejorar como sociedad”, señalaron desde la fundación.
A pesar de la injusticia que experimentaron, los jóvenes, que aún no dominan el español, decidieron no generar conflictos y se bajaron del autobús. Posteriormente, lograron regresar a Allariz en el último autobús del día, tras esperar más de dos horas en la parada de Juan XXIII. Al llegar a su destino, informaron a la ONG Accem, que les había brindado apoyo en su llegada a Ourense y les proporciona alojamiento. La organización ya ha comenzado los trámites para presentar una denuncia contra el conductor por un posible delito de odio.
Jóvenes con un compromiso admirable
Desde la Fundación Laboral de la Construcción destacan el comportamiento ejemplar de los refugiados malienses, quienes han mostrado una gran disposición para integrarse en la sociedad ourensana. “Nunca han causado problemas desde que están aquí. Son jóvenes ejemplares con una conducta intachable que han enfrentado un hecho lamentable”, comentaron. A pesar de lo sucedido, los jóvenes han continuado utilizando el servicio de autobús, ya que es su única opción para asistir a las clases en el centro de la fundación en el parque empresarial de Vilamarín.
Aunque se ha intentado contactar con la compañía Monbus para obtener su versión de los hechos, hasta el momento no se ha recibido respuesta.