
La primera luna de Saturno fue identificada en 1655 por el astrónomo Christiaan Huygens. Casi cuatro siglos después, los científicos continúan realizando descubrimientos de satélites en gran número. Un informe reciente ha revelado la adición de 128 nuevas lunas al gigante gaseoso con anillos, elevando el total a 274 cuerpos que orbitan bajo su influencia gravitacional, casi tres veces más que las 95 lunas de Júpiter.
El descubrimiento de estas 128 lunas fue llevado a cabo por un equipo de astrónomos de diversas universidades de Taiwán, Canadá, Estados Unidos y Francia, utilizando el telescopio CFHT (Canadá-Francia-Hawái) en un observatorio situado en la cima de una montaña en el océano Pacífico. Este proceso requirió cuatro años de observaciones y análisis de datos. Inicialmente, se confirmaron 62 lunas, y posteriormente se determinó la naturaleza de la otra mitad. La noticia fue oficialmente anunciada cuando la Unión Astronómica Internacional (UAI) reconoció formalmente este nuevo conjunto de satélites.
Nuevas lunas y su naturaleza
A diferencia de satélites más conocidos como Titán, Rea, Jápeto o Encélado, estas nuevas lunas son menos llamativas. Según un comunicado de la Universidad de Columbia Británica, estos cuerpos celestes, que habían permanecido ocultos, son rocas irregulares con forma de papa y de unos pocos kilómetros de diámetro. Se cree que son fragmentos de lunas más grandes que han colisionado entre sí en el dinámico entorno de Saturno en los últimos 100 millones de años.
Las lunas irregulares no poseen nombres inspirados en la mitología griega o romana. La Unión Astronómica les ha asignado denominaciones similares a las de los asteroides, utilizando una combinación de números y letras para diferenciarlas. Su composición y tamaño dificultaron su detección con telescopios de generaciones anteriores.
Definiendo el concepto de luna
El término «luna» puede generar confusión entre los aficionados a la astronomía. Formalmente, se refiere a un cuerpo natural que orbita un planeta o un objeto de considerable tamaño. Este concepto abarca lunas que pueden ser tan grandes como el planeta Mercurio, como es el caso de Ganímedes, el satélite natural de Júpiter, así como lunas diminutas que son prácticamente invisibles para su propio planeta. También existen asteroides que tienen lunas, y se pueden encontrar cuasilunas, que son objetos que acompañan a un planeta en su trayectoria a través del sistema solar sin estar necesariamente vinculados a su atracción gravitacional.
Generalmente, los planetas más grandes poseen un mayor número de satélites naturales. Este fenómeno se debe a que los planetas con mayor masa ejercen una fuerza gravitacional más fuerte, lo que les permite atraer más objetos espaciales. Además, es probable que parte de la materia que formó a estos gigantes planetarios haya dado origen, al mismo tiempo, a cuerpos más pequeños que orbitan a su alrededor.
Júpiter cuenta con un total de 95 lunas, de las cuales solo ocho son regulares, es decir, las que se encuentran más cercanas al planeta. En el caso de Saturno, de los 274 cuerpos que orbitan a su alrededor, nueve son los que atraen la mayor atención. Urano, otro gigante gaseoso, tiene 28 lunas, mientras que Neptuno, el planeta helado, posee 16. Marte tiene dos lunas, la Tierra una, y tanto Mercurio como Venus carecen de satélites naturales.