Era una de las primeras experiencias de O’Rourke con las drogas, y no se contuvo. Equipado con comestibles de cannabis, cocaína, ketamina y alcohol, se lanzó a una fiesta que duró casi 12 noches consecutivas el pasado agosto, durante las cuales afirma haber delirado durante 60 horas, todo sin salir de su apartamento. En los últimos 18 meses, este informático dublinés de 38 años ha estado disfrutando de la vida nocturna todos los fines de semana en la plataforma de realidad virtual VRChat, frecuentemente hasta las 8 de la mañana, vestido con gafas y un conjunto completo de rastreadores de movimiento.
«Hay un montón de cosas raras y puede ser difícil adaptarse, pero si lo haces, es mágico», comenta. «Si no eres capaz de autocontrolarte y vigilarte, es interminable. No vas a ganar, no vas a ver el final de la fiesta». O’Rourke es solo uno de muchos que pueden verse atrapados por el atractivo fantástico y escapista de acceder a una fiesta metaversa casi ininterrumpida desde la comodidad de su hogar, especialmente cuando no tiene planes con amigos en el mundo real.
Crecimiento de la Popularidad de VRChat
Antes de la pandemia de covid-19, VRChat contaba con apenas 20,000 usuarios simultáneos. Sin embargo, su popularidad ha crecido exponencialmente. Más de 130,000 personas se conectaron a VRChat durante la celebración de Año Nuevo de este año, según un blog de cultura de realidad virtual. Actualmente, hay docenas de fiestas semanales organizadas en VR gracias a promotores de Estados Unidos, Europa y Asia. Una vez dentro del metaverso de VRChat, los usuarios pueden elegir qué «mapas» o fiestas desean explorar con sus avatares, describiendo la experiencia como una utopía inmersiva y futurista.
La realidad virtual ha transformado la forma en que las personas experimentan la vida nocturna, ofreciendo un espacio sin límites donde la creatividad puede florecer sin las restricciones que enfrentan los clubes físicos. En este entorno digital, los organizadores pueden crear eventos sin preocuparse por las normativas que afectan a los clubes tradicionales.
Desafíos de la Vida Nocturna Tradicional
Mientras tanto, los clubes tradicionales en Estados Unidos y el Reino Unido están cerrando a un ritmo alarmante, afectados por el aumento de costos, la disminución de beneficios y regulaciones sobre niveles de ruido, requisitos de seguridad y horarios de cierre. La vasta disponibilidad de espacio en la realidad virtual, combinada con la falta de regulación, permite a los creadores ignorar las presiones económicas que limitan la vida nocturna en muchas ciudades hoy en día.
Los locales de realidad virtual no cobran entrada, lo que significa que el principal costo radica en el hardware. Este puede superar los 5,000 dólares si se opta por un PC de juegos de alta calidad y dispositivos de rastreo corporal, aunque es posible conseguir una configuración más asequible con un casco Meta Quest por tan solo 350 dólares. Sin embargo, los clubes virtuales más populares suelen tener largas colas para entrar, ya que todos tienen un límite de 80 personas debido a las restricciones del software de la plataforma VRChat, accesible a través de Steam.