abril 26, 2025

Primera encuesta evalúa el populismo científico en España

“La casta también incluye a los supuestos científicos e intelectuales, que piensan que tener un título académico los convierte en seres superiores”, afirmaba Javier Milei el 5 de septiembre. Aunque el populismo suele presentar a la ‘gente normal’ en oposición a las élites políticas, en años recientes, ciertos movimientos populistas —como los de Donald Trump y Javier Milei— han centrado su crítica en las ‘élites académicas’. Estos movimientos sostienen que el instinto natural y el sentido común son más valiosos que el conocimiento científico, el cual muchos de sus seguidores consideran irrelevante y lo asocian con intereses ocultos.

En este marco, la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) ha dado a conocer los resultados de la encuesta Confianza en la ciencia y Populismo científico en España. Este estudio examina el fenómeno del populismo científico en 987 personas que utilizan internet de manera habitual en el país.

Además, esta investigación forma parte de un estudio internacional sobre la confianza en la ciencia y el populismo relacionado con la ciencia (TISP), que investiga los factores que influyen en la confianza en la ciencia y el populismo científico en 68 países. Los resultados fueron publicados el 20 de enero en la revista Nature Human Behaviour.

Populismo científico: un concepto complejo

¿Qué define al populismo científico? Dado que los populismos no son doctrinas fijas y se adaptan con rapidez, resulta complicado establecer sus características de manera precisa. De forma general, el populismo científico puede describirse como un conflicto entre dos grupos: uno que se considera el guardián de un conocimiento cotidiano, autoevidente y virtuoso, y otro que representa a la élite académica, a la que el primer grupo califica de interesada y sospechosa. Este conflicto plantea interrogantes sobre la soberanía y la autoridad en relación con la ciencia y la información verificada. ¿Quién tiene la autoridad para decidir qué se investiga y financia? ¿Quién puede entender la producción de conocimiento?

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“Me dicen que no coma azúcar, pero yo la he consumido toda mi vida, no me va a decir el médico lo que debo hacer”, ejemplifica Celia Díaz Catalán, investigadora de la Universidad Complutense de Madrid y codirectora del estudio. Para ella, el populismo científico representa ese antagonismo entre la ciencia y el sentido común, que considera seguro lo que ha sido evidente a lo largo de la vida. “Mi abuela, que vivió 100 años y fumó toda su vida, es el ejemplo más claro de populismo científico”.

Desconfianza hacia la ciencia

A pesar de ello, la experta admite que es un concepto difícil de definir. “Se relaciona con el anti-intelectualismo y la desconfianza”, explica. “¿Existe una conexión entre la conspiración antivacunas y el populismo científico? Sí. Sin embargo, no todas las personas que podrían identificarse como conspiracionistas o antivacunas pueden ser catalogadas como populistas científicos. El populismo científico es un fenómeno más diverso”.

Gema Revuelta, directora del Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad de la Universitat Pompeu Fabra (CCS-UPF), también considera que el término es confuso, ya que se ha sacado de su contexto político. Esta ambigüedad complica la comprensión y el análisis del fenómeno en la actualidad.

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