El 8 de marzo de 2020 se registró oficialmente el primer caso de coronavirus en Ourense. La paciente, una profesora de 35 años de Educación Secundaria del colegio de Salesianos, había viajado a Venecia durante la semana del Entroido. Este acontecimiento encendió las alarmas en la comunidad, ya que se trataba de un virus desconocido que, semanas antes, parecía lejano. A pesar de los esfuerzos de muchos, nadie pudo predecir la magnitud de la crisis sanitaria que se avecinaba. Cinco años después, la situación comienza a verse lejano y, quizás, con un poco más de tranquilidad. Actualmente, la situación está controlada gracias a múltiples esfuerzos realizados. No solo existe una, sino varias vacunas disponibles. En la actualidad, hay nueve casos activos en la provincia; sin embargo, desde el primer positivo, 92.656 personas han contraído este virus, de las cuales se han registrado 678 muertes.
Impacto en el sistema de salud
El primer positivo marcó el inicio de la planta covid en el sistema sanitario. La 6ª Norte del CHUO comenzó a recibir a aquellos pacientes infectados que necesitaban atención hospitalaria, lo que llevó a una reorganización en la forma de trabajar de los profesionales de la salud. Aprendieron a utilizar el EPI, que se convirtió en su uniforme habitual, y aplicaron protocolos muy estrictos, manteniendo un contacto constante entre hospitales para compartir experiencias sobre cómo estaban enfrentando la situación, ya que nadie estaba preparado para lo que se avecinaba.
A medida que la pandemia avanzaba, los ciudadanos también se adaptaron a la nueva realidad. Descubrimos lo que era una PCR y aprendimos a realizarla en casa. Las mascarillas se convirtieron en un accesorio esencial en nuestra vida diaria. Esta fecha marcó un antes y un después en la historia reciente, aunque, afortunadamente, y a pesar de las expectativas iniciales, se ha logrado recuperar en gran medida la “normalidad”.
Reflexiones sobre la pandemia
La experiencia vivida durante estos años ha dejado una huella profunda en la sociedad. La resiliencia de los ciudadanos y el compromiso del personal sanitario han sido fundamentales para superar los momentos más críticos. La pandemia no solo ha cambiado nuestra forma de interactuar, sino que también ha puesto de manifiesto la importancia de la salud pública y la necesidad de estar preparados para futuras emergencias sanitarias.
Hoy, la comunidad se encuentra en un proceso de adaptación y aprendizaje continuo, reflexionando sobre las lecciones aprendidas y las medidas que deben implementarse para garantizar la salud y el bienestar de todos. La lucha contra el coronavirus ha sido un desafío monumental, pero también ha sido una oportunidad para fortalecer la solidaridad y la cooperación entre todos los sectores de la sociedad.