Un inicio prometedor
En la segunda ronda del torneo, Martín logró una victoria contundente sobre el jugador israelí Adam Berdichevsky, con un marcador de 6-1 y 6-2. Este resultado no solo refleja la habilidad de Martín en la cancha, sino también su capacidad para adaptarse rápidamente a las exigencias del torneo.
A medida que avanzaba el torneo, los desafíos se intensificaron. En los cuartos de final, se enfrentó a Daniel Caverzaschi, un partido que se extendió a lo largo de 3 horas y 20 minutos. Martín se impuso con un ajustado 6-4, 5-7, 7-5, mostrando una gran resistencia y determinación en cada set.
Desafiantes semifinales
La semifinal fue otro encuentro memorable, donde Martín se midió ante Gordon Reid. Este partido también se caracterizó por su duración, superando las tres horas de juego. Finalmente, Martín logró avanzar a la final tras un reñido marcador de 7-6(2), 5-7, 6-3. La intensidad de estos encuentros previos dejó una huella en su rendimiento.
El desgaste acumulado por los partidos anteriores se hizo evidente en la final, donde Martín se enfrentó al número dos del mundo, Alfie Hewett, de Gran Bretaña. A pesar de sus esfuerzos, Martín no pudo superar a su oponente, cayendo con un resultado de 6-0 y 6-3. Este encuentro final, aunque desafiante, sirvió como una valiosa experiencia en su carrera deportiva.