
El consumo de alimentos en envases plásticos podría aumentar de manera significativa el riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca congestiva, según un estudio reciente realizado por la Universidad Médica de Ningxia, en China. Estos hallazgos se suman a la creciente evidencia sobre los efectos nocivos de los productos químicos presentes en los plásticos sobre la salud humana.
En este estudio, los investigadores encuestaron a más de 3,000 ciudadanos chinos para investigar la posible relación entre la exposición frecuente a plásticos y el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Los resultados mostraron que las personas con alta exposición a estos materiales tienen un 13% más de probabilidades de desarrollar problemas cardíacos.
Investigación en laboratorio
Para corroborar estos resultados, los especialistas llevaron a cabo un experimento con ratas de laboratorio. Sumergieron recipientes plásticos en agua hirviendo durante intervalos de uno, cinco y 15 minutos para extraer las sustancias químicas de los envases. Posteriormente, los roedores consumieron el líquido resultante durante varios meses.
Los expertos analizaron el bioma intestinal y los metabolitos presentes en las heces de los animales. Los hallazgos indicaron que “la ingesta de estos lixiviados alteró el microambiente intestinal, afectó la composición de la microbiota y modificó los metabolitos intestinales”, según el estudio publicado en la revista Science.
Afectaciones en el tejido cardíaco
Además, los investigadores examinaron el tejido cardíaco de las ratas y detectaron un aumento en la cantidad de células inflamatorias y daños en las mitocondrias. “Estos cambios en el miocardio, junto con las alteraciones en la microbiota intestinal y los metabolitos, están estrechamente relacionados con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares”, explican los autores del estudio.
El plástico puede contener cerca de 20,000 sustancias químicas, muchas de las cuales son perjudiciales para la salud. Estos compuestos, presentes en los empaques, tienden a filtrarse en los alimentos. Sustancias como el bisfenol A, los ftalatos y los PFA (perfluoroalcoxi) han sido vinculadas con el cáncer y con problemas en los sistemas reproductivos.
El problema de los microplásticos
Aunque el estudio no especifica las sustancias químicas que se filtraron de los plásticos, menciona investigaciones anteriores que amplían la comprensión del problema. Una de estas investigaciones revela que hasta 4.2 millones de partículas microplásticas por centímetro cuadrado pueden desprenderse de los envases plásticos cuando se calientan en hornos de microondas.
Los microplásticos han sido detectados en carne, agua y diversos productos agrícolas. Sin embargo, los especialistas advierten que el riesgo es mayor en los alimentos envasados “listos para consumir”, especialmente aquellos que se exponen a fuentes de calor dentro de estos recipientes.
Defensores de la salud pública enfatizan la necesidad de implementar políticas que reduzcan el uso de plásticos. Cada año se producen más de 500 millones de toneladas de este material a nivel mundial, pero solo el 9% se recicla. La producción masiva y la falta de mecanismos de reutilización han contribuido a la proliferación de microplásticos en el medio ambiente.