
Hasta hace poco, la viruela del mono se transmitía principalmente de animales a humanos. Sin embargo, ahora se observan indicios claros de transmisión sostenida entre humanos, según un reciente artículo publicado en la revista Nature Medicine. Si esta tendencia continúa, las mutaciones podrían representar una amenaza significativa para la salud pública.
En los brotes más recientes, el contacto sexual entre humanos ha emergido como la principal vía de transmisión de la viruela del mono. «Este cambio en los patrones de transmisión puede haber facilitado la propagación de los contagios, dando lugar a una epidemia persistente», señala un investigador en virología molecular de la Universidad de Surrey, Reino Unido.
¿Cómo comienza la viruela del mono?
La viruela del mono, también conocida como viruela símica o mpox, es una enfermedad zoonótica causada por un poxvirus de la familia Poxviridae. Está genéticamente relacionada con la viruela y presenta muchas similitudes en síntomas y patogénesis, aunque con una tasa de letalidad inferior.
Los síntomas principales incluyen fiebre, dolor de cabeza, inflamación de los ganglios linfáticos y una erupción cutánea dolorosa. En la mayoría de los casos, la enfermedad se resuelve de manera espontánea en un plazo de dos a cuatro semanas, aunque en raras ocasiones pueden surgir complicaciones como neumonía o encefalitis. Se considera que la principal fuente de infección son animales salvajes como ardillas, roedores, monos y conejos en África.
Históricamente, se pensaba que el virus era endémico de una región limitada de África, ya que podía transmitirse a los humanos a través de mordeduras de animales infectados o por el consumo de su carne sin una cocción adecuada. Sin embargo, en 2022 se reportaron varios casos en países occidentales en personas que no habían viajado a estas áreas, lo que provocó un brote global. En respuesta, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró una emergencia de salud pública de importancia internacional en julio de ese año. Hasta la fecha, se han registrado más de 120,000 casos de infección en todo el mundo.
Riesgo de brotes pandémicos
Los poxvirus se dividen en dos cepas principales: la de la cuenca del Congo (clado I) y la de África Occidental (clados IIa y IIb). Según los investigadores, el período de rápida propagación del clado IIb coincidió con un cambio en los patrones de transmisión entre humanos. Actualmente, también se está incrementando el número de variantes del clado I. Los expertos están especialmente preocupados por esta tendencia, ya que el clado I tiene una tasa de mortalidad significativamente mayor que el clado II.
Se cree que estos virus sufren mutaciones genéticas en el cuerpo humano debido a la acción de enzimas. “Estas mutaciones pueden seguir alterando las propiedades del virus. Cuanto más tiempo circule entre humanos, más se adaptará a ellos”, advierte el estudio.
Desde el brote de 2022, África continúa enfrentando epidemias en varios países subsaharianos. La mayoría de los infectados son adultos, y no se ha reportado transmisión persistente en niños. Sin embargo, no se puede descartar la posibilidad de contagios en poblaciones inmunodeprimidas. Además, las herramientas de diagnóstico y las opciones de tratamiento antiviral son limitadas, lo que aumenta el riesgo de un brote de tipo pandémico.
A diferencia del virus de la viruela, el mpox tiene un huésped natural, lo que dificulta enormemente su erradicación. Si no se implementan medidas prioritarias en la agenda global de salud pública, la viruela del mono seguirá siendo una epidemia recurrente y representará una amenaza continua para la humanidad. Es urgente el uso generalizado de kits de prueba para un diagnóstico rápido y el desarrollo de nuevos tratamientos.