abril 20, 2025

Las bandas criminales en Brasil fijan su atención en el Ozempic

La disponibilidad de medicamentos para combatir el sobrepeso y la obesidad en Brasil está disminuyendo drásticamente. Según un informe de The New York Times, las farmacias han experimentado un aumento en los robos, con el objetivo de apoderarse de productos como Ozempic, Wegovy y Saxenda. Al igual que en otros países, las tasas de obesidad continúan en aumento en Brasil, donde un tratamiento mensual puede costar hasta 190 dólares, en contraste con un salario medio de 265 dólares. Esto ha convertido a los medicamentos para la obesidad en un nuevo objetivo para el crimen organizado.

El auge de los fármacos para el control del peso

A comienzos de los años 80, se descubrió la GLP-1, una hormona intestinal que estimula la liberación de insulina y regula los niveles de azúcar en la sangre. Este hallazgo no solo facilitó el desarrollo de una nueva clase de medicamentos para la diabetes, sino que también proporcionó las bases para investigar la regulación del apetito y el control glucémico, lo que llevó a la pérdida de peso en muchas personas. En 2014, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó el primer fármaco GLP-1 para la pérdida de peso, conocido como liraglutida, comercializado como Saxenda.

En 2017, se introdujo la semaglutida, un receptor de GLP-1 más efectivo que la liraglutida para el tratamiento de la diabetes. Cuatro años después, se aprobó su uso para la pérdida de peso, comercializándose como Wegovy y Ozempic. Los ensayos clínicos demostraron que los pacientes que tomaban semaglutida podían perder hasta un 15% de su peso corporal. En 2023, se aprobó la tirazepida, que mostró una reducción promedio del 21% en el peso corporal. Este éxito ha llevado a una «carrera de moléculas» entre los fabricantes para desarrollar medicamentos más eficaces y con menos efectos secundarios, pero también ha atraído la atención de los delincuentes.

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Un fenómeno global en aumento

Varios medios locales han reportado robos dirigidos a las existencias de Ozempic y otros medicamentos en diversas partes del mundo, incluyendo Michigan y España. Sin embargo, Brasil se ha convertido en el epicentro de esta problemática, según The New York Times. São Paulo, siendo la ciudad más rica del país, se presenta como un blanco atractivo para los delincuentes, ya que alberga barrios acomodados donde las farmacias ofrecen estos costosos tratamientos a una clientela que puede pagarlos.

Los ladrones utilizan grupos de WhatsApp o Facebook para vender los productos robados. El director del Departamento de Investigación Criminal del Estado de São Paulo ha señalado que el robo de Ozempic, Wegovy y Saxenda es una tendencia en crecimiento: «Las farmacias han disminuido sus existencias y han incrementado la seguridad, colocando guardias armados en la entrada.»

Un entorno de trabajo peligroso para los farmacéuticos

Un propietario de una farmacia independiente en el oeste de São Paulo comentó: «Quien tiene Ozempic en venta, ya no puede trabajar tranquilo. Los clientes nos preguntan si tenemos stock y les decimos que no. Es la única forma de evitar robos.» Otro farmacéutico reveló que guarda un machete bajo el mostrador por temor a ser atacado.

En 2023, se registraron cerca de cinco mil robos, cifra que aumentó a más de ocho mil en 2024. La situación podría cambiar drásticamente: «Los ladrones de medicamentos se enfrentarán a una fuerza más poderosa que la policía: la economía», concluye el informe. La patente brasileña de semaglutida expirará en 2026, y las farmacéuticas ya están trabajando en versiones genéricas que reducirán los precios. Así, el mercado podría superar a las instituciones una vez más.

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