abril 25, 2025

La transformación de los clubes deportivos en alternativas a las aplicaciones de citas

Las aplicaciones de citas prometían simplificar la búsqueda del amor, pero para muchos usuarios, han resultado ser más agotadoras. El «swipeo», el «ghosting» y las interminables conversaciones que rara vez se traducen en citas reales han dejado a las personas cansadas y desilusionadas. Está surgiendo un cambio cultural: los solteros están dejando las aplicaciones en favor de conexiones en el mundo real.

En San Francisco, comunidades deportivas como el grupo de tenis The Mission Athletic Club (TMAC), el colectivo ciclista Fatcake y un club privado de atletismo están demostrando que las relaciones formadas a través de actividades físicas pueden ser más profundas y duraderas. Estos grupos, que varían desde unas pocas docenas hasta mil miembros, no solo se enfocan en lo romántico, sino que crean una comunidad sólida y vínculos sociales que se desarrollan al verse semana tras semana.

Conexiones auténticas en el deporte

Después de los confinamientos por la pandemia, ha resurgido el deseo de socializar en persona, lo que para muchos significa ampliar sus círculos sociales en espacios donde las citas no son el objetivo principal. En lugar de evaluar cada nuevo encuentro por su potencial romántico, las personas se sienten atraídas por ambientes donde las relaciones, ya sean románticas o amistosas, pueden desarrollarse de manera natural con el tiempo. La mejor evidencia de que conocer a alguien puede ser más efectivo a través de experiencias compartidas que a través de una pantalla es palpable en estos entornos.

Belinda Huang, una joven soltera y miembro del TMAC, expresa su satisfacción por la forma orgánica en que se desarrollan las relaciones en la pista de tenis. Ella comenta que ver las mismas caras semana tras semana permite que las amistades, y a veces el amor, florezcan sin la presión de una primera cita. El fundador del TMAC, Prince Boucher, resume la filosofía del club: «El juego es el camino; el amor es la meta». Aunque el TMAC no fue creado como un centro de citas, su enfoque en la diversión y la inclusión ha dado lugar a numerosas relaciones.

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La inclusión en el ciclismo

El colectivo ciclista Fatcake se fundó para ofrecer un espacio más inclusivo en el mundo del ciclismo, que a menudo está dominado por hombres. Este grupo se centra en la inclusión de mujeres y hombres homosexuales, y muchos de sus miembros se unen para hacer amigos y disfrutar de una pasión compartida. Aunque algunos admiten que la posibilidad de encontrar a alguien especial siempre está presente, la comunidad y el compañerismo son los principales atractivos.

Liz Schinski, una de las integrantes de Fatcake, compartió que, tras meses de montar en bicicleta sin conocer a alguien que le interesara, continuó asistiendo simplemente por la comunidad. Eventualmente, se unió su actual pareja, y tras dos meses de coqueteo, finalmente concertaron una cita. Desde entonces, han estado juntos. Otra pareja se conoció durante un agotador paseo matutino, uniendo sus intereses en el ciclismo y el esquí, desarrollando su conexión sin la presión de intercambios forzados.

Retos en el camino hacia el amor

A pesar de las ventajas, las citas dentro de un grupo atlético presentan sus propios desafíos. Los ciclistas serios pueden dedicar más de 15 horas a la semana a montar, lo que puede poner a prueba las relaciones si ambos miembros no se involucran de igual manera. Camille Matonis, miembro soltera de Fatcake, bromea que su lema en las aplicaciones de citas es: «Sin bici no hay swipe». Su amigo Mandeep Gill añade en tono de risa: «Es un 10, pero no monta en bici».

Para estos ciclistas, conocerse a través de Fatcake ofrece una base inmediata de intereses compartidos, algo que rara vez se encuentra en las aplicaciones de citas. En lugar de filtrar posibles parejas por características arbitrarias, se unen por la emoción de un viaje, la camaradería de los encuentros grupales y los momentos espontáneos que surgen en el camino.

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A pesar de las dinámicas complejas, estos clubes demuestran que ofrecen algo más que un simple entrenamiento. Ya sea para hacer ejercicio, conocer nuevos amigos o buscar algo más profundo, las conexiones surgen de manera natural cuando se comparte un objetivo común.

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