
Es urgente abordar el problema de los residuos en la Luna y otros cuerpos celestes. En los próximos años, la exploración espacial entrará en una nueva etapa, donde los astronautas se preparan para caminar sobre suelos extraterrestres. Con el crecimiento acelerado de la economía espacial, la presencia humana en el espacio se volverá cada vez más común.
La NASA está convencida de esta realidad y ha decidido enfrentar uno de los desafíos que también afecta a nuestro planeta. Heces, orina, envases desechables y miles de residuos más generados por la actividad cotidiana de los astronautas deberán ser gestionados en las próximas misiones. Para ello, la agencia espacial estadounidense, en colaboración con la Universidad de Alabama, busca garantizar que nada se desperdicie o, peor aún, se arroje sin consideración al espacio. Por esta razón, se ha lanzado el concurso LunaRecycle Challenge, que ofrece un premio de tres millones de dólares para el mejor diseño y desarrollo de sistemas de reciclaje de residuos en el espacio.
Un desafío creciente
El aumento de residuos en el espacio es una preocupación creciente. Un informe reciente de la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA señala que hay más basura espacial en órbita que satélites operativos. Este problema no solo afecta a la Tierra, sino que también pone en riesgo futuras misiones espaciales.
Durante los años de exploración lunar, el medio ambiente no recibió la atención necesaria. Los residuos generados eran simplemente abandonados. Se estima que el programa Apollo dejó en la Luna hasta 96 bolsas de basura, que contenían heces, orina y vómitos de los astronautas. Con la proyección de establecer una base lunar en las próximas décadas, la cantidad de residuos generados será aún mayor. Dado que traer estos desechos de vuelta a la Tierra implica un alto costo y consumo de combustible, la solución más viable es reciclarlos directamente in situ.
El futuro del reciclaje espacial
El plazo para presentar propuestas al LunaRecycle Challenge finaliza el 31 de marzo de 2025. Aunque la NASA aún no ha proporcionado detalles específicos, se anticipa que el ganador desarrollará métodos para convertir los residuos en recursos reutilizables, más allá de solo materiales sostenibles. Esto incluye la producción de materiales de construcción, combustibles, fertilizantes y otros productos esenciales para las actividades científicas y de exploración de los astronautas.
El concurso se divide en dos etapas: la Prototype Build Track, que requiere el diseño y desarrollo de componentes hardware para el reciclaje de diversos tipos de residuos sólidos en la superficie lunar; y, posteriormente, la Digital Twin Track, que implica la creación de un modelo virtual de una línea completa de reciclaje lunar, abarcando desde la recolección hasta el procesamiento y reutilización de los residuos.