
La bombesina, una hormona fundamental en la regulación del apetito y la sensación de saciedad, posee una historia evolutiva mucho más antigua de lo que se había estimado previamente. Investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres han revelado que su origen se remonta a más de 500 millones de años, antes incluso de la evolución de los vertebrados en la Tierra. Un reciente estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences sugiere que la historia de la bombesina se extiende hasta el antepasado común que compartimos con las estrellas de mar.
La hormona que regula el apetito
La bombesina fue aislada por primera vez en 1971 por el farmacólogo italiano Vittorio Erspamer, quien la extrajo de la piel del anuro Bombina bombina, de donde proviene su nombre. Esta hormona actúa como una neurona clave en la regulación del hambre, enviando señales al organismo cuando hemos consumido suficiente alimento. Experimentos han demostrado que, al inyectarse en mamíferos, la bombesina reduce el tamaño de las comidas y prolonga el tiempo entre ellas. Esto llevó a los científicos a concluir que existen neuronas similares a la bombesina en el cerebro y el intestino, formando parte del sistema que controla la ingesta alimentaria. Actualmente, se están desarrollando moléculas que imitan la acción de la bombesina, junto con fármacos como el Ozempic, para el tratamiento de la obesidad.
Orígenes evolutivos
Para desentrañar la historia evolutiva de esta hormona, los investigadores analizaron los genomas de diversos invertebrados, identificando genes que codifican neuronas similares a la bombesina en estrellas de mar (Asterias rubens) y otros equinodermos, como erizos y cohombros de mar. Al centrarse en la neurona de la estrella de mar conocida como ArBN, los científicos estudiaron su estructura molecular y su funcionamiento, así como su influencia en el comportamiento alimentario de estos organismos. Las estrellas de mar poseen un método único para alimentarse, ya que pueden extender su estómago fuera de su boca para digerir a sus presas. Según Weiling Huang, coautora del estudio, la inyección de ArBN en estrellas de mar con el estómago invertido provocó la contracción del estómago, lo que demuestra la función de esta neurona en el proceso de alimentación.
Aplicaciones prácticas
El hallazgo sobre la antigua función de la bombesina no solo ilumina los orígenes evolutivos del comportamiento alimentario en los animales, sino que también abre la puerta a nuevas aplicaciones. Maurice Elphick, quien lideró el estudio, indicó que esta función podría remontarse a 500 millones de años, al ancestro común de las estrellas de mar, los humanos y otros vertebrados. Además de contribuir al desarrollo de nuevos medicamentos para la pérdida de peso, los resultados de esta investigación podrían tener implicaciones prácticas en la gestión de especies invasoras. Con el cambio climático, algunas estrellas de mar están invadiendo aguas más frías donde se cultivan moluscos para el consumo humano, y el descubrimiento de moléculas que inhiban su alimentación podría ser una estrategia útil para controlar estas invasiones.