
El consumo de Omega 3 y vitamina D, junto con la práctica regular de ejercicio, podría contribuir a retrasar el envejecimiento biológico y disminuir en más del 60% el riesgo de desarrollar cáncer invasivo en personas mayores, según un estudio publicado en la revista Nature Aging.
Esta investigación, realizada por científicos de la Universidad de Zúrich, es una de las más exhaustivas hasta la fecha sobre los efectos positivos del Omega 3 en la salud de los ancianos. Durante un periodo de tres años, se analizó el estado de 777 pacientes mayores de 70 años, que se encontraban en buena salud y mantenían altos niveles de actividad física, con el fin de evaluar la influencia de esta grasa poliinsaturada en su organismo.
Efectos del Omega 3 en el envejecimiento celular
Los especialistas descubrieron que la ingesta diaria de un gramo de Omega 3 resultó ser efectiva para ralentizar el deterioro celular entre tres y cuatro meses. Este hallazgo sugiere que el ácido graso podría funcionar como un modulador de los procesos inflamatorios y oxidativos en el cuerpo, factores que están estrechamente relacionados con el envejecimiento. El efecto positivo se observó en todos los participantes, independientemente de su género, edad al inicio del estudio o índice de masa corporal, lo que indica que los beneficios podrían extenderse a grupos similares de personas.
El equipo de investigación utilizó una técnica conocida como “reloj epigenético” para analizar y cuantificar los cambios moleculares en el ADN y su relación con el envejecimiento fisiológico. Las pruebas se centraron en evaluar la eficacia de ocho tratamientos DO-HEALTH, que combinan el consumo de Omega 3 y vitamina D con rutinas de ejercicio regulares para prevenir enfermedades asociadas con la edad. Estas terapias han demostrado ser efectivas en la reducción del riesgo de padecer diversas afecciones, incluido el cáncer y la fragilidad prematura.
Combinaciones de tratamientos y sus beneficios
Los investigadores explicaron que en el ensayo se probaron ocho combinaciones de tratamientos: los participantes tomaron 2,000 unidades internacionales (UI) de vitamina D y/o un gramo de ácidos grasos Omega 3 de origen vegetal diariamente, y/o realizaron 30 minutos de entrenamiento de fuerza en casa tres veces por semana.
El estudio reveló que la combinación de las tres intervenciones generó un beneficio aditivo significativo, reduciendo la prefragilidad en un 39% y el riesgo de desarrollar cáncer invasivo en un 61%. Además, el consumo de Omega 3 por sí solo disminuyó la tasa de infecciones en un 13%. Estos resultados destacan la importancia de adoptar enfoques integrales para promover una longevidad saludable en la población mayor.
El descubrimiento refuerza hallazgos anteriores sobre los tratamientos DO-HEALTH, donde la combinación de estos tres factores mostró el mayor impacto en la reducción del riesgo de cáncer y la prevención de la fragilidad prematura en un periodo de tres años, además de contribuir a la ralentización del envejecimiento biológico. Cada una de estas medidas actúa a través de mecanismos distintos que se complementan, generando un efecto global potenciado cuando se combinan.
Limitaciones y futuras investigaciones
Los investigadores reconocen ciertas limitaciones en su análisis. Los relojes epigenéticos aún no cuentan con un estándar universal que permita medir el deterioro celular con total precisión. Además, el estudio se llevó a cabo exclusivamente en personas de nacionalidad suiza, lo que podría limitar la representatividad de los resultados para individuos con diferentes niveles de estrés, hábitos alimenticios y condiciones de salud.
A pesar de estas limitaciones, los autores consideran que sus hallazgos abren la puerta a futuras investigaciones de mayor envergadura. El estudio concluye que incluso modificaciones sutiles en el envejecimiento biológico pueden tener un impacto significativo en la salud de la población, siempre que se mantengan a lo largo del tiempo.