En el cuarto día del juicio por el crimen de Leticia Sanabria, la mujer paraguaya que fue hallada muerta en su hogar de O Barco en septiembre de 2021, se llevó a cabo la declaración más anticipada: la de la acusada. Fátima A. únicamente respondió a su abogado, Jorge Álvarez, reiterando su inocencia, una postura que ha mantenido desde el día de los hechos: “Leticia era como de mi familia, para mí era como una hermana”.
La versión de la acusada
La acusada, quien compartía piso con la víctima y trabajaba con ella en un club, ofreció su relato sobre lo sucedido el 10 de septiembre de 2021. Según su testimonio, ambas regresaron al hogar pasadas las 3:00 horas, cenaron y luego se retiraron a sus respectivas habitaciones. “Siempre hago lo mismo, me pongo mis cascos y miro mi telenovela, estoy acostumbrada”, explicó Fátima.
Esa misma mañana, Fátima se levantó temprano, salió de casa con calma para no molestar, realizó algunos recados y se reunió con una amiga en una cafetería. Al regresar al piso, notó que era extraño que Leticia no estuviera despierta. “Toqué en la puerta de mi amiga y no me contestó, abrí y lo primero que vi fue la ropa en el suelo. (…) Prendí la luz y mi amiga estaba en el suelo”, relató la acusada entre lágrimas, como se puede observar en las imágenes presentadas durante el juicio.
Colaboración con las autoridades
Fátima también destacó que colaboró en todo momento con las solicitudes de la Guardia Civil. Afirmó que durante los dos meses que transcurrieron entre los hechos y su detención, permaneció en O Barco y estaba localizable, además de haber entregado su teléfono móvil a los agentes sin haber borrado nada previamente.
Las acusaciones sostienen que el móvil del crimen fue de carácter económico. Varios testigos en el juicio afirmaron que la acusada tenía una deuda considerable con la víctima, llegando a cifras de hasta 11.000 euros. Sin embargo, Fátima defendió su situación económica, asegurando que “no tenía problemas económicos, después de mis gastos me quedaba con 2.000 euros limpios. Yo no tenía que mandar mucho dinero a mi familia”.
Relación entre acusada y víctima
Durante el juicio, varios testigos describieron la relación entre Fátima y Leticia, sugiriendo que Fátima ejercía una forma de dominación sobre Leticia. La acusada, al respecto, aclaró: “No tenía intención de controlarla, solo lo hacía para protegerla”. Reconoció que su carácter, que algunos testigos describieron como fuerte, era resultado de las experiencias vividas. “¿Cómo no voy a tener carácter después de todo lo que viví? Este mundo en el que vivimos (el de la prostitución) es algo que nadie puede entender”, afirmó.
Fátima llegó a España en 2007, a los 17 años, procedente de Nigeria, donde vivía en condiciones difíciles. Recordó el momento en que conoció a Leticia, quien se sentó a su lado en un día cualquiera, lo que dio inicio a una amistad entre ambas.
La declaración de la acusada marcó el cierre de un juicio que se aproxima a su conclusión. Este viernes se llevará a cabo la última jornada, donde solo intervendrán el fiscal, la acusación particular y el abogado defensor para presentar sus conclusiones. Se prevé que el lunes se entregue al jurado popular el objeto de veredicto, quienes se reunirán para deliberar y emitir su dictamen.
La llamada a Emergencias: “No respira, está muerta”
Antes de la declaración de la acusada, se reprodujeron los audios de la llamada al 061. En la grabación, se escucha a una amiga de Fátima alertando al personal de Emergencias sobre un problema con su amiga, aunque no proporciona detalles claros. En un momento, se oyen gritos que repiten: “Está muerta, está muerta”. La conversación se torna confusa, pero se escucha claramente: “No respira, está muy fría”.
Posteriormente, un sanitario ofrece instrucciones sobre qué hacer hasta la llegada de un médico. También se presentó una segunda llamada en la que la amiga de la acusada expresa su frustración por la demora de la ambulancia, recibiendo como respuesta que esta se encuentra en camino.