
Apenas han transcurrido unas horas desde el lanzamiento del nuevo modelo de IA generativa de ChatGPT, diseñado específicamente para crear imágenes, y ya han surgido numerosas preocupaciones sobre la posible infracción de derechos de autor de las obras utilizadas en su entrenamiento. Desde su debut, las redes sociales se han visto inundadas de imágenes generadas por IA que imitan el estilo de Hayao Miyazaki, cofundador de Studio Ghibli y creador de obras maestras de la animación como Mi vecino Totoro y El castillo errante de Howl. Gracias a la nueva función de OpenAI, los usuarios han transformado una amplia variedad de fotos e imágenes, abarcando desde el asesinato del presidente John F. Kennedy hasta el atentado contra Donald Trump, así como aspectos de la vida privada de Elon Musk y escenas icónicas de películas muy conocidas. Incluso Sam Altman ha adoptado esta tendencia, cambiando su foto de perfil en X por una imagen al estilo Miyazaki.
Preocupaciones sobre derechos de autor
No obstante, la situación no es tan sencilla como parece. Aunque la moda de crear imágenes inspiradas en el estilo de Studio Ghibli resulta entretenida para muchos, también ha generado inquietudes entre expertos en seguridad, quienes cuestionan cómo se entrenó el modelo de OpenAI para producir este tipo de imágenes. Si la compañía de Altman utilizó las películas de Miyazaki para entrenar su IA, ¿estaría violando la legislación sobre derechos de autor? Según Evan Brown, abogado especializado en propiedad intelectual del bufete Neal & McDevitt, los productos como la IA generativa de GPT-4 operan en una zona legal ambigua, ya que el estilo no está explícitamente protegido por derechos de autor. Esto sugiere que OpenAI podría no estar infringiendo la ley al facilitar la creación de imágenes que evocan el estilo del director japonés.
Sin embargo, es plausible que la empresa haya entrenado su modelo utilizando millones de fotogramas de las películas de Studio Ghibli. Dado que aún no existe una normativa clara que regule el entrenamiento de la IA, resulta imposible determinar si OpenAI ha infringido realmente la ley. Brown plantea una cuestión que ha estado en el aire durante los últimos años: «¿Cuáles son las implicaciones en términos de infracción de derechos de autor al recorrer la web y copiar datos para estas bases de datos?» Esta es una pregunta compleja y difícil de resolver, especialmente considerando que hay numerosas demandas pendientes contra empresas del sector como OpenAI, Meta y Midjourney por infracción de derechos de autor en relación con las obras utilizadas para entrenar modelos de IA.