Tras el fallecimiento del papa Francisco, un grupo de 133 cardenales se ha congregado en el Vaticano para llevar a cabo la elección del nuevo líder de la comunidad católica: el cónclave. La atención del mundo entero se centra en la chimenea de la Capilla Sixtina, de donde saldrá el humo que indicará el resultado de esta importante reunión. Este ritual, que data de siglos atrás, cuenta con un fundamento químico que ha sido explicado por la propia Santa Sede.
El simbolismo del humo en la liturgia católica
El humo es un elemento esencial en la liturgia católica. Según explica Candida Moss, profesora de teología en la Universidad de Birmingham, «desde tiempos antiguos, el humo ha sido visto como un medio de comunicación entre los humanos y lo divino. En la tradición católica, se considera que las oraciones ‘ascienden’ hacia Dios. La utilización del humo evoca estos rituales y la atmósfera de misterio y reverencia que los rodea».
El uso de humo en los cónclaves papales se remonta al siglo XV, cuando los cardenales comenzaron a incinerar las papeletas de votación para garantizar la confidencialidad y prevenir manipulaciones durante el proceso electoral. Con el tiempo, esta práctica fue adoptada por el Vaticano como un medio de comunicación hacia los fieles y el público en general, quienes esperan ansiosos la elección del nuevo pontífice.
Código cromático y evolución de las técnicas
A principios del siglo XX, se estableció un código cromático para transmitir los resultados de las deliberaciones. Desde entonces, una humareda negra indica que aún no se ha llegado a un acuerdo, mientras que el humo blanco señala la elección de un nuevo papa. Aunque el sistema es relativamente simple, las técnicas antiguas, que incluían la quema de papel, paja húmeda y alquitrán, a menudo producían tonalidades grises ambiguas, complicando su interpretación.
En la década de 1970, el Vaticano implementó métodos más precisos para generar los colores deseados. Hace 12 años, durante el cónclave que resultó en la elección del papa Francisco, la Santa Sede reveló la composición química utilizada para producir estas señales, asegurando así una comunicación más clara y efectiva.
