abril 20, 2025

George R.R. Martin, autor de Game of Thrones, se convierte en coautor de un artículo científico

Los seguidores de A Song of Ice and Fire (Canción de hielo y fuego) continúan esperando la publicación del próximo libro de la serie, que ha sufrido múltiples retrasos. Sin embargo, el reconocido autor de ciencia ficción y fantasía ha sorprendido al público al coautorizar un artículo de física revisado por pares, recientemente publicado en el American Journal of Physics. Este trabajo presenta una fórmula para describir la dinámica de un virus ficticio que es fundamental en la serie de libros Wild Cards (Comodines), un universo compartido que Martin edita junto a Melinda M. Snodgrass, con la colaboración de aproximadamente 44 autores.

Un físico en un mundo de ficción

Wild Cards se originó a partir de Superworld, un juego de rol que Martin dirigió en los años 80, donde participaron varios escritores de ciencia ficción que más tarde contribuirían a la serie. En aquel entonces, Neil Gaiman, aún desconocido, propuso a Martin una historia dentro del universo de Wild Cards que giraba en torno a un personaje que habitaba un mundo de sueños. Martin rechazó la idea, que eventualmente se transformó en The Sandman (El hombre de arena). Aunque inicialmente planeaba escribir una novela centrada en el personaje Turtle, decidió que sería más adecuado como una antología de universo compartido. Martin quería que su universo tuviera una única fuente de superpoderes, a diferencia de los cómics de superhéroes, y fue Snodgrass quien sugirió la idea de un «virus».

La narrativa de la serie se desarrolla en una historia alternativa de Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. Un virus alienígena, diseñado para reescribir el ADN, fue liberado en Nueva York en 1946, propagándose rápidamente por el mundo e infectando a decenas de miles de personas. Este virus, conocido como «virus Wild Card», afecta a cada individuo de manera distinta: mata al 90% de los infectados y muta al resto. De este último grupo, el 9% presenta condiciones desfavorables, denominados ‘Jokers’, mientras que el 1% desarrolla superpoderes, conocidos como ‘Ases’. Algunos Ases poseen habilidades tan triviales que se les llama ‘Deuces’.

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Un enfoque científico a la ficción

En el sitio web de Wild Cards, se ha discutido extensamente sobre la ciencia detrás del virus, lo que atrajo la atención de Ian Tregillis, un físico del Laboratorio Nacional de Los Álamos en Estados Unidos. Tregillis consideró que podría ser un ejercicio pedagógico interesante. «Como teórico, no pude evitar preguntarme si un modelo subyacente simple podría organizar el canon», comentó. Comenzó con estimaciones aproximadas, pero el proyecto se expandió rápidamente: «Bromeé diciendo que podría ser más fácil escribir un artículo de física genuino que otra entrada de blog».

Tregillis decidió suspender su incredulidad, reconociendo que la idea de un virus que otorga superpoderes es, por su naturaleza, imposible. Se enfocó en la Regla 90:9:1 del universo Wild Cards, adoptando la mentalidad de un teórico que busca construir un marco matemático coherente para describir el comportamiento viral. El objetivo era demostrar la flexibilidad y utilidad de los conceptos de física, transformando un problema vago y aparentemente inabordable en un sistema dinámico sencillo, acercando así diversas herramientas conceptuales y matemáticas a los estudiantes, según lo expuesto en su artículo.

Mutaciones y habilidades sobrehumanas

El artículo también aborda el dilema de los Jokers y los Ases, presentándolos como «categorías mutuamente excluyentes con una distribución numérica alcanzable mediante el lanzamiento de un dado de cien caras». Sin embargo, los autores señalan que el canon está repleto de personajes que desafían esta categorización, como los ‘Jokers-Ases’, que presentan tanto mutaciones físicas como habilidades sobrehumanas.

Además, sugieren la existencia de ‘cryptos’: Jokers y Ases con mutaciones que son en gran medida inobservables, como la capacidad de inducir «a un residente de Iowa el poder de la comunicación telepática a través de la línea de visión con narvales». En este contexto, el primer individuo no sería consciente de su ‘jokerismo’, mientras que el segundo sería un As sin saberlo. Se podría argumentar que la habilidad de comunicarse con narvales podría clasificar a alguien como un Deuce.

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