Este Viernes Santo, la procesión del Santo Entierro en Ourense no pudo llevarse a cabo en las calles debido a la lluvia. Sin embargo, la fe y la devoción de los fieles se mantuvieron firmes en el interior de la Catedral.
La Celebración en el Interior de la Catedral
En esta ocasión, fueron protagonistas dos pasos: el Santo Entierro, llevado por los seminaristas, y el de la Virgen María. Acompañaron esta emotiva ceremonia representantes de las cofradías, una banda de gaitas, sacerdotes, miembros del cabildo y el obispo, así como miembros de la corporación y representantes de las fuerzas de seguridad.
A mediodía, las Cofradías de la Ciudad y el Prefecto de Ceremonias anunciaron que la celebración se trasladaba al interior de la Catedral de San Martiño, donde los pasos continuaron siendo el foco de atención. A pesar de las inclemencias del tiempo, la atmósfera dentro del templo se caracterizó por un profundo recogimiento y respeto.
Un Ambiente de Recogimiento y Respeto
La decisión de trasladar la ceremonia al interior permitió que los asistentes pudieran vivir un momento de reflexión y espiritualidad, lejos de las inclemencias del clima. La Catedral se convirtió en un refugio donde la comunidad se unió en oración, reafirmando su compromiso con la tradición y la fe que caracteriza a esta festividad.
La jornada, aunque marcada por la lluvia, no impidió que los fieles se congregaran en un acto que simboliza la importancia de la Semana Santa en la cultura y la religión de la región. La devoción de los asistentes fue palpable, mostrando que, a pesar de las adversidades, la fe siempre encuentra un camino.