
Investigadores de la organización no gubernamental (ONG) Condrik Tenerife han registrado el avistamiento de un Melanocetus johnsonii, conocido como pez diablo negro, que emergió cerca de la superficie en las costas de Tenerife, en las Islas Canarias. Este descubrimiento sin precedentes ha permitido conocer el tamaño real de las hembras de esta especie.
El pez diablo negro, también denominado rape abisal, se distingue por sus amplias mandíbulas con dientes afilados y traslúcidos, que contrastan con su piel negra o marrón oscura. Su característica más singular es el illicium, una extensión en la cabeza que actúa como señuelo y contiene un órgano bioluminiscente. A pesar de su aspecto intimidante, su tamaño es menor de lo que se pensaba. Los expertos de Condrik Tenerife han confirmado que las hembras alcanzan apenas 15 centímetros, mientras que los machos no superan los tres centímetros.
Un hallazgo sorprendente
El descubrimiento ha dejado asombrados a los biólogos marinos. Bruce Robison, científico del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey, California, comentó que “es muy raro observar a un animal de las profundidades marinas tan cerca de la superficie”. Robison logró grabar por primera vez a un rape abisal vivo en 2014, a una profundidad de 570 metros, utilizando el vehículo teledirigido Doc Ricketts.
El pez abisal diablo suele habitar entre los 200 y 2,000 metros de profundidad en la columna oceánica. Una investigación reciente de Kory Evans, biólogo de la Universidad Rice, sugiere que no todos los ejemplares de esta especie residen en las aguas más profundas. Su estudio indica que la adaptación a las condiciones adversas del entorno ha diversificado la distribución de estos peces. “Las profundidades marinas no son un entorno acogedor. La presión del océano y la escasez de alimento han llevado a múltiples poblaciones a diversificarse”, señala Evans.
Comportamiento y características del pez diablo
El pez abisal diablo encontrado por los especialistas de Condrik Tenerife estaba intacto. Sin embargo, lo que más sorprendió a los científicos fue que esta criatura, capaz de sobrevivir en las duras condiciones del abismo, estaba nadando en el momento del avistamiento. Los rapes abisales son depredadores de emboscada que se caracterizan por su inmovilidad. Además, los machos se adhieren a la hembra como parásitos reproductores.
Los científicos han propuesto varias teorías para explicar cómo el pez abisal diablo llegó a la superficie. Una posibilidad es que se haya alimentado de un pez con órganos hidrostáticos que, al expandirse, lo hicieron flotar. La ubicación del hallazgo también es relevante, ya que las Islas Canarias tienen una alta actividad volcánica. Es probable que el pez diablo quedara atrapado en una columna de agua caliente ascendente generada por fisuras submarinas. Robison sugiere que el animal pudo haber sido tragado o atrapado por un depredador más grande, como una foca, un león marino o una medusa, y que este último lo escupió o el rape se liberó cerca de la superficie.
El espécimen falleció días después de su descubrimiento y su cuerpo fue enviado al Museo de Naturaleza y Arqueología de Santa Cruz de Tenerife para ampliar el estudio sobre esta enigmática especie y su ecosistema.
“El hábitat oceánico profundo es el mayor espacio vital de la Tierra y alberga a la mayoría de los animales que viven en este planeta. Nosotros somos una excepción. Sabemos muy poco de lo que hay en las profundidades”, afirma Robison.