
Un equipo de investigadores del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar y la Universidad de Gotinga, en Alemania, ha descubierto nuevas evidencias sobre el origen de la Luna y su posible composición. Lejos de la idea popular de que la Luna está hecha de queso, se ha determinado que está compuesta en su mayoría por material del manto terrestre, con una pequeña fracción que podría pertenecer a Theia, el cuerpo del tamaño de Marte que colisionó con la proto-Tierra durante sus primeros años de formación.
El origen de la Luna
La Luna de la Tierra es única en comparación con las más de 200 lunas que existen en el sistema solar. No se formó al mismo tiempo que nuestro planeta, ni fue una roca que quedó atrapada por su gravedad. Se cree que es el resultado de un entorno violento en el sistema solar en sus etapas iniciales. La teoría más aceptada sobre la formación de la Luna sugiere que se creó a partir de la colisión de un planeta del tamaño de Marte con la proto-Tierra hace aproximadamente 4,500 millones de años.
Este planeta, conocido como Theia, se desintegró y sus restos se fusionaron con la proto-Tierra. Los fragmentos resultantes se incorporaron al interior del planeta que habitamos hoy. Tras el impacto, se liberó una gran cantidad de material que se enfrió y formó el satélite natural. Esto plantea una pregunta intrigante: ¿cuál es la proporción de material de Theia y de la proto-Tierra en la Luna?
Investigación sobre isótopos de oxígeno
Para responder a esta cuestión, los investigadores alemanes analizaron 14 muestras lunares que se encuentran en la Tierra, registrando los isótopos de oxígeno presentes en ellas. Posteriormente, compararon estos datos con 191 mediciones de minerales de la superficie terrestre. Utilizando un método de fluoración láser, lograron liberar el oxígeno atrapado en las rocas mediante un disparo de luz.
Los resultados de este análisis son significativos y sugieren que la composición de la Luna es mayoritariamente de origen terrestre. Esto tiene implicaciones importantes para nuestra comprensión de la colisión de Theia. Los autores del estudio comparan el impacto a «una bala de cañón metálica», lo que implica que Theia pudo haber sido un fragmento del manto terrestre en el momento del impacto.
Similitudes en la composición
Según la investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), la Luna está compuesta principalmente por restos de la Tierra. Esto sugiere que Theia podría haber sido parte del núcleo terrestre en la actualidad, y que la Luna se formó a partir del material expulsado del manto de nuestro planeta. Esta teoría explica la notable similitud en la composición de la Tierra y la Luna, como señala el profesor Andreas Pack, director del Centro de Geociencias de la Universidad de Gotinga y coautor del estudio.
La teoría del gran impacto entre la proto-Tierra y Theia cuenta con un sólido respaldo de evidencias. Se ha encontrado que los restos lunares presentan las mismas huellas de oxígeno que las rocas en la Tierra. Además, los modelos de supercomputación han confirmado que, siempre que Theia tuviera un tamaño similar al de Marte, la dinámica de las partículas resultantes del impacto tiende a formar una luna con las proporciones que conocemos hoy.