mayo 24, 2025

El gas de la risa podría ser una herramienta efectiva en la lucha contra la depresión y conocemos sus razones

Existen numerosos fármacos para tratar la depresión, pero su eficacia no siempre es la esperada. Aproximadamente un tercio de las personas que sufren depresión severa son resistentes a los tratamientos convencionales. Los medicamentos disponibles suelen tardar días, e incluso semanas, en mostrar resultados, dejando a los pacientes expuestos a los debilitantes y peligrosos síntomas de la enfermedad. Por ello, es urgente la necesidad de nuevas moléculas que sean rápidas, seguras y efectivas.

Una alternativa prometedora que se está investigando es el óxido nitroso, conocido comúnmente como el gas de la risa. Diversos estudios clínicos han mostrado resultados positivos, aunque preliminares, en su uso para tratar la depresión severa. Una investigación publicada en Nature Communications proporciona nuevas evidencias que respaldan su eficacia, sugiriendo mecanismos cerebrales que podrían inducir una mejora en el estado de ánimo tras la exposición a esta sustancia.

Interés renovado en viejas moléculas

El creciente interés por el óxido nitroso se debe en parte a los éxitos de otro fármaco: la ketamina. Originalmente utilizada como anestésico y también como sustancia de abuso, su uso se ha expandido en el tratamiento de trastornos psiquiátricos como la depresión y el trastorno de estrés postraumático. En la búsqueda de otras moléculas anestésicas con potencial terapéutico similar, muchos científicos han comenzado a explorar el gas de la risa, que ha sido utilizado durante mucho tiempo en odontología, es económico y presenta un excelente perfil de seguridad.

Un ensayo clínico realizado en 2021 sugirió que el uso de óxido nitroso en dosis bajas, inferiores a las que provocan sus efectos eufóricos, puede mejorar los síntomas de la depresión severa en pacientes que no responden a las terapias convencionales, logrando resultados en una sola sesión de inhalación con efectos que pueden durar hasta dos semanas. Sin embargo, el mecanismo detrás de esta eficacia aún no está completamente claro.

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Misterios de un antiguo anestésico

El óxido nitroso es el anestésico más antiguo que conocemos, utilizado desde hace más de 180 años y con un costo aproximado de 20 dólares por frasco, y a pesar de su larga historia, seguimos descubriendo nuevas facetas de su potencial. La teoría más común sobre los mecanismos antidepresivos de analgésicos como la ketamina y el óxido nitroso se centra en su capacidad para bloquear un receptor cerebral conocido como receptor NMDA, que está implicado en procesos de memoria y aprendizaje. Sin embargo, la breve vida media del gas de la risa complicaba la comprensión de cómo podría tener efectos duraderos en el estado de ánimo.

Por esta razón, los investigadores decidieron profundizar en los efectos del óxido nitroso en el cerebro. Utilizaron ratones y observaron su actividad cerebral mediante una técnica llamada imagen avanzada del calcio, que permite medir la concentración de calcio en las neuronas y monitorear su actividad en tiempo real. Los ratones sometidos a estrés crónico, un modelo animal utilizado para estudiar la depresión, fueron expuestos al gas, y los resultados mostraron una posible explicación: la actividad anormal de un grupo de neuronas en la capa piramidal interna de la corteza cingulada, una región del cerebro relacionada con la regulación emocional y el estado de ánimo.

Perspectivas futuras en el tratamiento de la depresión

En situaciones de depresión inducida por estrés, estas neuronas suelen estar inactivas tanto en animales como en humanos. Sin embargo, al ser expuestas al óxido nitroso, las neuronas de los ratones se activaron rápidamente, recuperando su excitabilidad normal y manteniéndose en este estado incluso después de que el fármaco había sido eliminado del organismo.

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Estos hallazgos sugieren que podría haber múltiples maneras de abordar el tratamiento de la depresión. Aunque los receptores NMDA son una de las rutas posibles, lo observado con el óxido nitroso indica que existen otros mecanismos que podrían restaurar la actividad en los circuitos cerebrales. Este descubrimiento amplía nuestra comprensión sobre cómo se puede tratar la depresión desde diferentes enfoques.

Aunque todavía es prematuro determinar si el gas de la risa se convertirá en una opción de tratamiento efectiva y duradera, el descubrimiento de su mecanismo de acción abre la puerta a la investigación de nuevos fármacos que puedan replicar sus efectos. Dada la urgente necesidad de nuevas alternativas terapéuticas para pacientes que sufren depresión severa resistente a tratamientos, esta es, sin duda, una noticia alentadora.

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