
Un estudio reciente de la Universidad Hebrea de Jerusalén ha revelado que el canto de las ballenas jorobadas presenta una estructura que se asemeja al lenguaje humano. Los investigadores encontraron coherencia estadística, un fenómeno característico de los idiomas humanos, al analizar grabaciones de los sonidos emitidos por estos cetáceos.
Tradicionalmente, se ha considerado que la capacidad de utilizar sonidos para comunicar ideas complejas, con un alto grado de abstracción y creatividad, es exclusiva de los seres humanos. Sin embargo, las observaciones sobre la comunicación de las ballenas jorobadas han desafiado esta noción. Existen numerosos informes que sugieren que estos mamíferos marinos poseen canciones complejas con diferentes intenciones, así como dialectos propios y la habilidad de transmitir cultura a sus descendientes.
Evidencias de un lenguaje en el canto de las ballenas
La hipótesis que establece un paralelismo entre el canto de las ballenas y el lenguaje humano sigue acumulando evidencia. El equipo de investigación encontró indicios de una distribución matemática que se observa en los principales idiomas del mundo, al analizar una base de datos de canciones de cetáceos. Aunque estos hallazgos no sugieren que las ballenas «hablen» en el sentido humano, sí indican que existen condiciones en la comunicación entre mamíferos que podrían servir como base para sistemas más avanzados.
“El descubrimiento sugiere fuertemente que este comportamiento cultural contiene información crucial sobre la evolución de la comunicación compleja en todo el reino animal”, comentó una de las investigadoras del estudio.
La distribución de Zipf en el canto de las ballenas
La distribución de Zipf es un fenómeno estadístico que se manifiesta en los idiomas humanos. Este fenómeno muestra que la frecuencia de las palabras está inversamente relacionada con su rango de uso. Se utiliza para identificar los términos más repetidos en grandes conjuntos de texto. La Ley de Zipf establece que la palabra más común en un idioma aparece el doble de veces que la segunda más común.
Los científicos encontraron evidencia clara de una distribución de Zipf en los cantos de las ballenas jorobadas. Además, detectaron rastros de coherencia estadística en los registros de comunicación, donde la distribución de frecuencias seguía una ley de potencias. El estudio, publicado en la revista Science, sostiene que estos hallazgos son una clara evidencia de características distintivas del lenguaje humano en las grabaciones de los cetáceos.
“Utilizamos exactamente las mismas pistas que los bebés emplean para segmentar el canto de las ballenas. Tomamos las grabaciones de cada año, eliminamos toda la anotación humana y nos quedamos con una larga cadena de elementos sonoros. Luego calculamos las probabilidades de transición entre cada dos elementos sonoros consecutivos y cortamos cuando eran bajas. Al observar su distribución, descubrimos que sorprendentemente seguían el mismo patrón que se encuentra en todos los idiomas humanos”, explicó una de las investigadoras.
El canto de las ballenas y su relación con la música
A pesar de que la comunicación de estos animales marinos sigue siendo un enigma, existe un consenso en la comunidad científica. Aunque el canto de las ballenas es similar al lenguaje humano, no puede ser considerado un idioma en sí mismo. Para que esto ocurra, los sonidos deben tener un significado semántico intrínseco. En cambio, los expertos sugieren que el canto se asemeja más a la música, que también presenta una estructura estadística.
“Este trabajo muestra cómo el aprendizaje y la transmisión cultural pueden dar forma a la estructura de los sistemas de comunicación. Podemos encontrar una estructura estadística similar dondequiera que se transmita culturalmente un comportamiento secuencial complejo”, concluyó uno de los autores del informe.