La Guardia Civil de Lugo, a través de su Equipo de Investigación Tecnológica, ha llevado a cabo una operación que ha desmantelado una red criminal dedicada a estafar a congregaciones religiosas en diferentes localidades de España. Esta operación, que ha sido denominada Congregatonium, ha permitido la identificación y detención de tres miembros de la organización delictiva.
Un esquema de estafa meticulosamente diseñado
El grupo delictivo empleaba un método sofisticado que comenzaba con un análisis exhaustivo de las redes sociales y las publicaciones disponibles en internet. A través de esta recopilación de información, los estafadores lograban obtener datos suficientes para suplantar a los altos cargos de las comunidades religiosas, lo que les facilitaba el acceso a las víctimas.
Una vez que lograban ganarse la confianza de las congregaciones mediante llamadas telefónicas en las que se hacían pasar por estos superiores, solicitaban transferencias de dinero. Las cantidades requeridas variaban según la situación económica de cada comunidad, lo que resultaba en significativos perjuicios financieros para las víctimas.
El papel de las «mulas de dinero» en la operación
El líder de la red tenía la tarea de reclutar intermediarios conocidos como «mulas de dinero». Estos individuos abrían cuentas bancarias en diversas entidades para recibir los fondos transferidos. Posteriormente, las «mulas» retiraban el dinero en cajeros automáticos y lo entregaban al líder a cambio de una comisión. Para eludir la detección, los intermediarios eran reemplazados de manera constante, lo que complicaba la labor de las autoridades.
La investigación ha revelado que los tres detenidos residían en las provincias de Madrid y Toledo. Además, se ha confirmado que las estafas afectaron a congregaciones religiosas en varias regiones de España, aunque el número exacto de víctimas aún está en proceso de evaluación.
Coordinación y efectividad de la operación
La operación Congregatonium ha sido un éxito gracias al trabajo coordinado de la Guardia Civil de Lugo, que sigue investigando para identificar a otros posibles integrantes de la red delictiva. Las autoridades han instado a las comunidades religiosas a extremar las precauciones y a desconfiar de solicitudes de dinero que se realicen a través de canales no oficiales.
Con la desarticulación de este grupo criminal, se ha logrado un avance significativo en la lucha contra las estafas organizadas, protegiendo así a uno de los sectores más vulnerables y reforzando la seguridad en el ámbito de las comunidades religiosas en España.