Un sueño cumplido en Estados Unidos
Anabel Fernández Mariño ha estado en Estados Unidos durante 10 años, donde ha logrado uno de sus mayores anhelos: dirigir su propio laboratorio científico. Desde hace tres meses, ocupa el cargo de ‘assistant professor’ en el departamento de fisiología y biofísica de la Universidad de Colorado, liderando un proyecto que describe como “muy ilusionante”. En sus propias palabras, “estoy explorando el mundo eléctrico oculto del cuerpo para ayudar a restablecer su equilibrio cuando algo no funciona”.
La pasión de Anabel por su trabajo es evidente. “Siento una curiosidad innata por el hecho de que funcionamos como máquinas y que el cuerpo humano vibra con electricidad química que fluye a través de canales iónicos. Estos son como pequeñas puertas, y si no funcionan correctamente, pueden causar enfermedades graves como la epilepsia, problemas de ritmo cardíaco o dolor crónico”. Para ella, “ahí es donde entra mi trabajo como científica”. Su motivación para investigar proviene de la frustración que siente al ver que muchos médicos carecen de herramientas efectivas para tratar diversas enfermedades, lo que la impulsa a contribuir con su labor.
Investigación y desarrollo en el laboratorio
Anabel se refiere a su experiencia en el laboratorio como años de dedicación, estudiando y trazando lo que considera “la biofísica del futuro”. “Estoy trabajando con conocimientos que se generaron en los años 50”, explica sobre los proyectos a largo plazo en los que ella y su equipo están involucrados.
Con una licenciatura en Biología por la Universidad de Vigo, Anabel emigró a EE. UU. con un contrato postdoctoral. “Decidí irme porque en España no era factible desarrollar proyectos de este tipo y avanzar en mi carrera profesional. EE. UU. invierte mucho más en investigación que Europa, los salarios son más altos y hay más oportunidades de crecimiento”, sostiene. Además, enfatiza que “la investigación es muy costosa”, y que en su país de adopción, la financiación proviene principalmente de fuentes externas.
Un camino lleno de logros
Anabel ha trabajado en la Universidad de Madison-Wisconsin como investigadora postdoctoral y en el National Institute of Neurological Disorders and Stroke. Este año se unió a la Universidad de Colorado en Denver. “¿Quién se lo iba a decir a aquella estudiante que se formó en el CUVI?”, reflexiona. Su formación incluye un máster en investigación biomédica y un doctorado en Filosofía (PhD) en Fisiología Molecular y Canalopatías. A sus 40 años, ha acumulado una extensa trayectoria con numerosos artículos científicos, entre ellos uno sobre la encefalopatía epiléptica infantil.
Cuando se le pregunta sobre la posibilidad de regresar a España, Anabel siente un nudo en la garganta. “Es una gran cuestión. Por ahora, me quedo porque tengo financiación asegurada en mi laboratorio para varios años y quiero desarrollar este proyecto. Mi experiencia aquí es muy buena, pero, siendo honesta, me estoy empezando a plantear regresar a Europa y, al final de mi carrera, me gustaría volver a España”. Muchos jóvenes españoles, como ella, han emigrado en busca de oportunidades en el ámbito científico. “Aquí hay mucho talento de España y también de Galicia”.
La última vez que Anabel visitó Vigo fue el pasado verano para despedir a su abuela de 101 años. “Suele ir una vez al año y nota que la ciudad ha cambiado mucho. Crecí allí en los 90 y no tiene nada que ver con lo que es ahora, más dinámica y moderna”. Como emigrante, le encanta ver a Vigo llena de gente de fuera, aunque lo que más echa de menos son el marisco, el pescado, el mar y la puesta de sol en las Cíes, sin olvidar a “familia y amigos, claro”.