mayo 24, 2025

Del reciclaje al arte: Valérie Carmet y sus cajas de juguetes

En un singular estudio ubicado en Little Haití, repleto de piernas de plástico, cabezas de Barbie, cochecitos en miniatura y algunas figuritas de Lego solitarias, se da nueva vida a juguetes de plástico olvidados. Las coloridas y nostálgicas ‘toy box’ no son meras piezas decorativas; en su interior contienen mensajes profundos sobre temas relevantes como el control de armas, la igualdad de género y los derechos LGBTQ.

De Francia a Nueva York

Nacida en 1967 en Romans, una pequeña ciudad del sureste de Francia, la artista siempre tuvo el deseo de dedicarse al arte. Sin embargo, como muchos jóvenes con inclinaciones creativas, se enfrentó a la resistencia de su familia. «Cuando llegó el momento de entrar a la universidad, mis padres me dijeron que no querían que fuera una artista muerta de hambre, así que me enviaron a una escuela de negocios,» recuerda con una sonrisa melancólica. Su formación en negocios internacionales le abrió una puerta inesperada: un trabajo en el mundo de la moda en Estados Unidos. A los 23 años, se mudó a Nueva York, donde residió casi tres décadas antes de trasladarse a Miami hace casi cinco años, en plena pandemia, convirtiéndose en una de las destacadas incorporaciones al talento de la capital latina de Florida.

Photo by Rosa Jiménez Cano

Tras una década en la industria de la moda, decidió regresar a su verdadera pasión. «En un momento dado, tuve que dejar mi trabajo por razones personales. Tenía alrededor de 32 años y decidí comenzar una nueva carrera”, comenta. Se trasladó a Italia para aprender el arte del mosaico, dedicando un año completo a esta nueva disciplina.

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La Reinvención Artística

Al regresar a Nueva York, comenzó a trabajar en una galería especializada en mosaicos, utilizando platos antiguos en lugar de vidrio. Durante tres años, se dedicó a crear muebles, paredes para baños y proyectos públicos. Se sentía plena y realizada, hasta que en 2009 llegó una crisis en el mundo del mosaico. «No pude vender ni una sola pieza,» recuerda con nostalgia.

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