abril 25, 2025

COP30: Temores en México y esperanzas en Brasil, lo que las emociones revelan antes de la cumbre climática

Mientras los líderes mundiales se preparan para la COP30, un aspecto fundamental parece estar ausente en las negociaciones: el pulso emocional de la sociedad. Un estudio realizado por Latam Intersect PR y Delta Analytics, que analizó más de mil millones de interacciones digitales en América Latina utilizando inteligencia artificial, ha revelado que las emociones colectivas funcionan como un interruptor silencioso que puede activar o paralizar la acción climática.

La investigación presenta una geografía emocional fracturada: Brasil se caracteriza por un 32% de menciones relacionadas con la esperanza, mientras que México enfrenta un 24% de menciones vinculadas al miedo. Estos patrones, obtenidos sin preguntas dirigidas a través de la plataforma Associative HyperSearch™, revelan una verdad incómoda: los discursos oficiales sobre el clima están desconectados de las emociones de la ciudadanía.

Cortesía: Latam Intersect PR y Delta Analytic

“Los termómetros miden grados, pero son las emociones las que miden la urgencia real”, advierte un experto en el estudio. La cruda realidad es que cuando los medios mexicanos amplifican el catastrofismo, superando incluso la ansiedad de la población, o cuando la prensa brasileña minimiza la crisis, se erosiona el puente entre la ciencia y la ciudadanía.

La advertencia para la COP30 es clara: sin un mapeo de estas corrientes emocionales, incluso los acuerdos más ambiciosos podrían naufragar en la indiferencia. Como muestra el análisis, detrás de cada estadística hay rostros que sienten, no solo comprenden, la crisis climática.

El impacto de las emociones en la acción climática

Los informes de Emotional Analytics, una herramienta diseñada para analizar emociones en tiempo real, permiten mapear reacciones colectivas ante cualquier tema sin influir en las conversaciones. A diferencia de los análisis de sentimiento tradicionales, esta tecnología no evalúa preferencias o valoraciones, sino que identifica emociones puras, como miedo, alegría, sorpresa o ira, asociadas espontáneamente a marcas, crisis o problemáticas. A través del monitoreo de plataformas digitales, se detectan los detonadores emocionales que impulsan acciones, ofreciendo información clave para estrategias de comunicación o gestión de crisis en cualquier idioma o región.

Los datos pintan un retrato emocional contrastante: mientras Brasil aborda las conversaciones climáticas con un 32% de menciones de expectativa positiva, casi un tercio de su diálogo digital, México enfrenta la crisis con un enfoque diferente. En este país, el miedo domina el 24% del discurso público, superando incluso la esperanza, que se sitúa en un 19%. Esta brecha emocional no es un detalle menor; revela cómo una misma crisis climática se fragmenta en realidades psicológicas opuestas al cruzar fronteras. “Las emociones son el combustible de la acción”, enfatiza un especialista. “Ignorarlas es construir sobre arena”.

Desconexión entre medios y audiencias

La investigación también ha detectado una desconexión crítica entre los medios y sus audiencias. En México, la prensa

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