Robert Francis Prevost, conocido como León XIV, ha sido nombrado nuevo papa, asumiendo el rol de representante de la Iglesia católica en la Tierra y jefe del Estado del Vaticano.
En una jornada de gran expectativa y emoción para el mundo católico, la esperada fumata blanca se alzó desde la chimenea de la Capilla Sixtina a las 18:08 horas, indicando que los cardenales habían elegido al sucesor del papa Francisco.
Un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia
Después de dos días de deliberaciones, cuatro votaciones y dos fumatas negras, el cónclave ha elegido al cardenal Robert Francis Prevost, de 69 años, como el 267º sucesor de San Pedro.
Nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Prevost es hijo de madre de ascendencia española. Ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín (OSA) en 1977 y realizó sus votos solemnes en 1981. Su formación académica es notable, con una licenciatura en Ciencias Matemáticas por la Universidad de Villanova, una maestría en Divinidad por la Catholic Theological Union de Chicago, y una licenciatura y doctorado magna cum laude en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino (Angelicum) en Roma. Su tesis doctoral se centró en El papel del prior local de la Orden de San Agustín.
Trayectoria y desafíos en su camino
A lo largo de su carrera en la Iglesia, Prevost ha ocupado importantes roles y ha logrado significativos avances. Aunque fue denunciado por una organización por supuestamente encubrir denuncias de abusos sexuales en la diócesis peruana de Chiclayo, estas acusaciones fueron negadas por la diócesis. El periodista peruano Pedro Salinas, quien investigó la organización Sodalicio de Vida Consagrada, ha afirmado que las acusaciones contra Prevost son «absolutamente falsas».
Tras su ordenación sacerdotal en 1982, Prevost se unió a la misión agustiniana en Perú en 1985, donde fue canciller de la Prelatura Territorial de Chulucanas de 1985 a 1986. En 1987, fue elegido director de vocaciones y director de las misiones de la provincia agustiniana de Mother of Good Counsel en Illinois, y en 1988 fue enviado a la misión de Trujillo como director del proyecto de formación conjunta de aspirantes agustinos.
Compromiso con los más necesitados
Prevost ha compartido con Jorge Bergoglio, a quien conoció en Buenos Aires, una visión centrada en los pobres y los migrantes. Se le reconoce como un hombre que deseaba vivir el Evangelio con autenticidad y coherencia. Entre sus enseñanzas más valoradas se encuentra su anhelo de «una Iglesia pobre, que camina con los pobres, que sirve a los pobres».
En una entrevista con Vatican News, Prevost recordó el primer viaje apostólico del Papa Francisco a Lampedusa, resaltando su cercanía a los migrantes. También mencionó la carta escrita a los obispos de Estados Unidos sobre la importancia de estar cerca de quienes sufren, especialmente en un contexto de deportaciones masivas de inmigrantes ilegales y refugiados.