La Semana Santa como momento de reflexión
La Semana Santa es vivida por los creyentes como un tiempo de introspección y reflexión. Carmen González, a sus 91 años, se prepara para participar por primera vez en la procesión del Santo Enterro, que se llevará a cabo este viernes a las 21:00 horas, siempre que el clima lo permita. Como miembro de la Cofradía del Paso del Santo Cristo de Mariñamansa, expresa su emoción por esta experiencia. “Siempre he sido muy activa en mi parroquia, Santa Teresita, donde conocí a Encarna y su esposo, quienes me invitaron a unirme a este grupo de mujeres y hombres”, comenta González sobre su integración en la parroquia de San Pío X.
En esta primera procesión, vestida con los colores morados del Paso del Santo Cristo, Carmen se siente honrada de “acompañar al santísimo como si fuera un familiar o un amigo en sus últimos momentos. Ojalá seamos dignos de llevar el hábito”, expresa la cofrade. Para ella, este acto tiene un profundo significado, ya que “hay mucho que estudiar sobre el sacrificio y lo que realmente significa sacrificarse por los demás. Para quienes tienen fe, este es el acontecimiento más importante de la historia”.
La emoción de un momento significativo
Carmen González también destaca la emoción que siente al vestir el hábito, que simboliza el sufrimiento y la resistencia. “No es solo el hecho de llevarlo, sino el significado del momento. La historia de la Pasión no fue vivida por personas comunes, sino por el propio hijo de Dios. Jesús dejó los mejores pensamientos del mundo. Esperemos estar a la altura de ese momento”, añade la nonagenaria cofrade.
A la procesión se unirán alrededor de treinta cofrades del Santo Cristo, y Carmen menciona que su sobrina también participará por primera vez. “Invito a los jóvenes a que se unan y que participen en la procesión paso a paso”, dice con entusiasmo. Sin embargo, también se muestra preocupada por el aparente desinterés de la juventud en los actos religiosos, señalando que “el mundo nos envuelve en las cosas mundanas, y a un joven que quiere vivir la vida le resulta difícil conectar con lo que pide la fe”.
Reflexión y compromiso
Carmen González observa que para muchos, esta procesión no tiene significado porque no son creyentes. “Pero quienes creemos, nos sentimos felices y acudimos llevando cada uno su cruz”, afirma. Para ella, las procesiones como la del Viernes Santo son momentos propicios para la reflexión. “Si nos escuchamos a nosotros mismos, podremos razonar y reflexionar. Se puede ir de fiesta, se puede bailar, pero también podemos asistir a una procesión para retirarnos y reflexionar un momento”.
Con la intención de reflexionar, Carmen se presenta este Viernes Santo “con ilusión y amor, también con la responsabilidad de llevar el hábito”. Además, espera poder “volver el año que viene, si tenemos salud, para acompañar a los cofrades nuevamente”.