Expansión hacia el sur y el este
La ciudad está experimentando un crecimiento notable hacia el sur y el este, donde barrios como O Polvorín y Barrocás se han convertido en nuevos núcleos de población. En contraste, el centro y zonas tradicionales como O Couto, A Carballeira y A Ponte han visto disminuir su número de habitantes. Los datos recientes del Instituto Galego de Estatística revelan una clara tendencia en la evolución demográfica de la última década, identificando áreas en crecimiento y otras que están perdiendo población.
Barrios como O Polvorín han registrado un incremento de 611 habitantes entre 2014 y 2024, acercándose a los 2.000 residentes. Este crecimiento se debe en gran parte a la falta de nuevas promociones de vivienda y a la normativa urbanística (PXOM) vigente desde 1986. Recientemente, se han inaugurado varios bloques de viviendas, incluyendo uno de 84 unidades en 2019, seguido por otro de 92 en 2023 y un tercero de 100 viviendas, lo que ha impulsado aún más la población de la zona.
El fenómeno de Barrocás y otras áreas en crecimiento
Por su parte, Barrocás ha alcanzado casi 4.500 habitantes, consolidando su crecimiento en las últimas décadas, especialmente en el área conocida como Novo Barrocás. Asimismo, se ha observado un aumento en Cruz Alta, O Couto y en la zona del parque Barbaña, donde la inmigración ha jugado un papel fundamental en este fenómeno demográfico.
En contraste, barrios como A Carballeira han sufrido una notable pérdida de población, con la parte baja del barrio reportando una disminución de 433 habitantes en la última década. Otras áreas, como Rairo, Santa Mariña, y algunas calles del centro, han visto una reducción en su padrón debido a la baja natalidad y la escasa llegada de inmigrantes. Sin embargo, el triángulo formado por Doctor Fleming, Rúa Reza y Parada Justel es la única sección censal del centro que ha experimentado un aumento en su población, impulsada por un mayor número de residentes extranjeros.
Impacto en zonas de menor renta
La despoblación también afecta a áreas con menor renta, como Covadonga y Eiroás, donde la falta de oportunidades y recursos ha contribuido a la disminución de la población. Este fenómeno resalta la necesidad de abordar las disparidades económicas y sociales en la ciudad para garantizar un desarrollo equilibrado y sostenible en el futuro.