La población de millennials y de la generación X presenta un riesgo mayor de desarrollar diversos tipos de cáncer en comparación con generaciones anteriores. Según la Sociedad Estadounidense del Cáncer, 17 de los 34 tipos de cáncer más comunes están en aumento entre los jóvenes. De todos ellos, el cáncer de colon se destaca como el más prevalente. Los médicos están investigando las causas de este fenómeno y, aunque los hallazgos son a menudo inciertos, se sugiere que la dieta moderna, un estilo de vida sedentario y la exposición a sustancias como el tabaco podrían ser factores contribuyentes.
Un estudio reciente publicado en Nature ha descubierto una nueva relación que no se había considerado anteriormente en la “epidemia” de cáncer de colon entre los jóvenes. Al analizar información genética de pacientes con esta enfermedad, los investigadores encontraron evidencias de colibactina, una toxina producida por ciertas cepas de la bacteria Escherichia coli (E. coli). Según Marcos Díaz Gay, líder de la investigación, el patrón de colibactina se presenta en uno de cada tres casos de pacientes jóvenes de hasta 39 años de edad.
Exposición a colibactina y su impacto en la salud
Los resultados del estudio sugieren que la exposición temprana a la colibactina podría estar relacionada con un aumento en las mutaciones de las células colorrectales. Con el tiempo, esto podría llevar a un comportamiento celular anómalo. “Podría contribuir al aumento en la incidencia de cáncer de colon de inicio temprano”, indica el artículo.
Este estudio forma parte del proyecto internacional Mutographs, que se dedica a identificar huellas mutacionales en el ADN de células tumorales para entender mejor las causas del cáncer. En el caso de los tumores de colon, los científicos recopilaron datos de varios países, incluyendo Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Irán, Japón, Polonia, Rusia, Tailandia, República Checa y Serbia, encontrando colibactina en muestras de cada uno de ellos.
Transmisión de E. coli y sus síntomas
La bacteria E. coli puede ingresar al cuerpo humano a través de agua o alimentos contaminados, como carne cruda, leche no pasteurizada o vegetales sin lavar. También puede transmitirse de persona a persona, especialmente si alguien no se lava las manos después de usar el baño. Según la Organización Mundial de la Salud, los síntomas de infección por E. coli varían según la cepa, pero los más comunes incluyen diarrea, dolor abdominal, náuseas, vómitos y fiebre.
Algunos científicos que no participaron en la investigación han señalado que los datos deben ser interpretados con cautela. Aunque hay una correlación, es prematuro afirmar que una infección por E. coli podría llevar al cáncer de colon en el futuro. No se puede considerar a esta bacteria como el único biomarcador o explicación del aumento de casos.
“El artículo indica que las firmas mutacionales en el cáncer colorrectal varían entre países, lo que sugiere diferencias regionales en la exposición ambiental. Sin embargo, la observación de que las firmas de colibactina son más comunes en cánceres colorrectales jóvenes no prueba de manera concluyente que la exposición a la colibactina sea una causa significativa del aumento reciente del cáncer colorrectal en generaciones nacidas desde la década de 1950”, comentó Julian Peto, catedrático de Epidemiología de la London School of Hygiene & Tropical Medicine.
Isabel Portillo, secretaria de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Epidemiología, también destacó la necesidad de realizar más estudios que corroboren el papel del microbioma y su posible efecto beneficioso. Además, subrayó que la asociación de la colibactina con el cáncer colorrectal en jóvenes y otros grupos de edad requiere más investigación, tanto retrospectiva como prospectiva, y que no se han discutido suficientemente los factores de riesgo ambientales y de hábitos alimenticios que también podrían estar relacionados.