abril 25, 2025

Alcaldes de Ourense y Lugo denuncian el estado de la N-540 como inaceptable

El lamentable estado de la N-540, la carretera que conecta Ourense con Lugo, ha agotado la paciencia de los alcaldes de los ocho municipios que atraviesa esta infraestructura. Los regidores de Coles, A Peroxa, Vilamarín, en la provincia de Ourense; y Guntín, Taboada, Chantada, Portomarín y Carballedo, en la provincia de Lugo, expresan su frustración ante la espera por una reparación que parece no tener fin.

Reivindicaciones de los alcaldes

Los alcaldes de la provincia de Lugo son los más enérgicos en sus demandas. No es sorprendente, dado que el estado del pavimento empeora a medida que se avanza hacia la provincia vecina. “Esto es un escándalo que no tiene justificación. Es una auténtica vergüenza tener una carretera en este estado en pleno siglo XXI”, afirma Julio Manuel Yebra, alcalde de Carballedo. Su homólogo de Chantada, Manuel Lorenzo, añade: “La situación de la N-540 es un reflejo del abandono que sufre la Galicia interior. ¿Cómo podemos atraer población con estas infraestructuras?”.

Aunque el estado del pavimento en la travesía de la N-540 en el lado ourensano es más “aceptable”, los alcaldes de A Peroxa y Vilamarín también muestran su descontento. “Esto es tercermundista. Ni siquiera los caminos forestales de los concellos están en un estado tan lamentable”, señala Amador Vázquez, regidor de Vilamarín. Manuel Seoane, alcalde de A Peroxa, comparte esta opinión: “Si tuviera una carretera municipal en el estado que presenta la Nacional, me caería de vergüenza”, asegura.

Impacto económico en los municipios

Esta situación está generando importantes pérdidas económicas en la mayoría de los municipios, ya que la N-540 es la principal vía de comunicación para la gran mayoría. “Nos encontramos en una situación límite. Para nosotros, esta carretera es fundamental porque atraviesa directamente el pueblo, y muchos conductores están eligiendo rutas alternativas, lo que perjudica a los negocios locales”, explica Ángel Pérez, alcalde de Guntín. Esta situación es respaldada por Manuel Rodríguez, alcalde de Coles: “Nuestros vecinos, si necesitan ir a Lugo, prefieren ir por Monforte. Pierden algo de tiempo, pero ganan en seguridad”, comenta.

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Los alcaldes están cansados de la falta de atención que ha caracterizado a esta infraestructura durante años. La promesa de reparar el pavimento ha sido aprobada y se ha iniciado en algunos tramos, pero “llega tarde” para muchos regidores que temen que la inversión de 11 millones y los plazos establecidos para 2027 se extiendan debido al mal estado del pavimento en numerosos puntos.

Obras y protestas en marcha

Las obras en el deteriorado pavimento de la N-540 se reanudarán esta primavera, según confirmó el Ministerio de Transportes en el Congreso, en respuesta a una pregunta de diputados del Partido Popular. Los trabajos forman parte de un proyecto de remodelación que comenzó el verano pasado. En esa ocasión, se repararon aproximadamente 10 de los 69 kilómetros del tramo lucense de esta carretera, que es el que se someterá a rehabilitación. La pausa sorprendió a los vecinos y alcaldes de la zona, quienes esperaban que la reforma continuara sin interrupciones.

Además, esta semana, el BNG anunció el inicio de una campaña para denunciar el estado de la carretera mediante la colocación de dos grandes vallas publicitarias que muestran fotografías de los socavones y el mensaje “la carretera 540 no puede esperar hasta 2027”.

Mañana comenzará la protesta de los vecinos de Chantada, quienes cortarán la carretera para exigir una solución. La concentración está programada para las 11:00 horas en el punto kilométrico 51, a la altura de la subestación en Vilela de Merlán.

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